La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se dijo “profundamente preocupada” por la separación de familias inmigrantes en la frontera sur de Estados Unidos, bajo la política de “cero tolerancia” que instrumenta el gobierno del presidente Donald Trump.
“La familia es la unidad fundamental reconocida en las leyes nacionales y el derecho internacional de los derechos humanos en todos los Estados democráticos, y está legalmente reconocida y protegida”, dijo la presidenta de la CIDH, Margarette May Macaulay.
La también relatora de la CIDH para Estados Unidos destacó que la migración irregular no es un delito, y dijo que los gobiernos en general deben tener en cuenta el interés superior del niño.
De acuerdo con cifras del Departamento de Seguridad Interna (DHS) estadunidense, durante seis semanas de abril y mayo pasados, mil 995 niños fueron separados de sus padres inmigrantes indocumentados detenidos en la frontera sur, una cifra que ahora se calcula en unos dos mil 300 menores.
A su vez, el comisionado Luis Ernesto Vargas Silva, relator de la CIDH sobre los Derechos de los Migrantes, dijo que Estados Unidos tiene derecho a fijar sus políticas migratorias pero sin menoscabo de los derechos humanos.
“Las políticas y prácticas de inmigración nunca pueden usarse como mecanismos para causar tratos crueles, inhumanos y degradantes, para separar familias, para atacar a niños y sus familias, o para poner en mayor riesgo las vidas de las personas que necesitan protección”, adujo y añadió que “esto es simplemente inhumano e incomprensible”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se unió hoy a las numerosas voces críticas contra la política de Estados Unidos de separar a los niños de los padres que cruzan la frontera sin documentos, y aseveró que los menores no deben ser traumatizados.
“Los niños no deben ser traumatizados con la separación de sus padres. La unidad familiar debe ser preservada”, aseguró Guterres en una declaración emitida por la oficina de su portavoz.
Fuente: La Razón