En el panorama asiático hay novedades que están dando mucho de qué hablar en occidente. Los acercamientos entre ambas Coreas, entre Corea del Norte y China, y entre Corea del Norte y los Estados Unidos son más estrechos de lo que el mundo pensaba hace tan solo cuatro meses.
Por principio de cuentas, Corea del Norte adelantó su huso horario 30 minutos para hacerlo coincidir con el del Sur, según un boletín emitido por el gobierno de Pyongyang, días después de que el líder norcoreano Kim Jong-un decidiera tomar esta medida en la cumbre intercoreana de la semana pasada.
La hora de Pyongyang «fue modificada con efecto desde el 5 de mayo, de acuerdo con un decreto de la presidencia de la Asamblea Popular Suprema de la RPDC (República Popular Democrática de Corea, nombre oficial del país)», señaló la agencia estatal KCNA.
El adelanto del horario se aplicó a las 11.30 hora norcoreana del viernes (15.00 GMT). «Es la primera medida práctica tomada tras la histórica tercera cumbre entre Norte y Sur, destinada a acelerar el proceso de unificación y a dejar atrás sus diferencias y puntos de separación», añadió la agencia oficial.
El antecedente de esta modificación se dio en agosto de 2015 cuando Corea del Norte decidió retrasar la hora 30 minutos en agosto del 2015 para regresar a su huso tradicional de hace más de un siglo, con motivo del 70 aniversario de la independencia del dominio colonial japonés.
Otro de los hechos que han llamado mucho la atención mundial es que el líder chino Xi Jinping ha dado audiencia a Kim Jong-un por segunda vez en mes y medio después de habérsela negado en los seis años anteriores. La súbita empatía entre líderes que se ignoraban y que presuntamente se despreciaban es un efecto colateral de los vientos de paz en la península coreana.
Los rumores crecieron desde que circularon imágenes del jet privado presidencial norcoreano y otro avión de las aerolíneas norcoreanas Air Koryo en el aeropuerto de Da Lian. Este puerto marítimo es el punto del noreste de China de mayor contacto con toda la zona de la cuenca del Pacífico.
La compañía Air Koryo no opera en esa ciudad costera china y las instalaciones fueron cerradas durante horas. La prensa oficial china informó poco después de la visita de Kim.
La confirmación llegó cuando el líder norcoreano ya estaba de vuelta en Pyonyang, siguiendo el protocolo de la visita de marzo. Kim Jong-un ha viajado dos veces a China y una vez a la frontera surcoreana en cinco semanas.
Todas estas acciones han llamado mucho la atención en Occidente sabiendo que el líder norcoreano no ha salido de su país desde que sucedió a su padre Kim Jong il en 2011. Algo se ha dicho de la aversión del líder norcoreano a los aviones.
Sobre esta reunión, casi secreta la agencia, Xin-hua dijo que China y Corea del Norte mantuvieron un intercambio amplio y profundo de puntos de vista sobre las relaciones entre sus países y de asuntos de mutuo interés». Añadió que compartieron un paseo y un almuerzo en los habituales lugares comunes.
También en Washington, una hora después de que ambos líderes se despidieran, el presidente Donald Trump escribió en su Twitter: “Estaré hablando con mi amigo, el presidente Xi Jinping esta mañana. Los principales temas serán el comercio, donde ocurrirán grandes cosas, y Corea del Norte, donde las relaciones y la confianza se están construyendo”.
Estos acontecimientos sugieren una maniobra diplomática orquestada desde hace meses.
Finalmente, el secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, llegó el miércoles 9 de mayo a Pyongyang para preparar la reunión entre el líder Kim Jong-un, y el presidente Trump, prevista para el 12 de junio en Singapur. Es la segunda visita de Pompeo a Corea del Norte en pocas semanas para preparar la histórica cumbre.
Con el anuncio de la visita de Pompeo se dispararon los rumores sobre una posible liberación de tres estadounidenses presos en Corea del Norte. Y los rumores se convirtieron en realidad cuando se anunció que Corea del Norte había liberado a los tres ciudadanos estadounidenses en otro gesto de Pyonyang que suaviza la planeada cumbre entre Kim Jong-un y Donald Trump.
La decisión se daba por descontada desde que se supo que el secretario de Estado, Mike Pompeo, había aterrizado este miércoles en la capital norcoreana con la misión de llevárselos a Washington.
La liberación de los tres detenidos empezó a cocinarse cuando el ministro de Asuntos Exteriores norcoreano la mencionó dos meses atrás en Suecia. Son Kim-Sang duk (Tony) de 58 años, y Kim Hak-song de 60 años, arrestados en el 2010 mientras impartían clases a los hijos de la élite política norcoreana en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pyonyang.
Fueron acusados de actos hostiles contra el régimen. El tercero es Kim Dong-chul de 64 años, un pastor detenido en el 2015 y condenado a diez años de trabajos forzados por espionaje. Este último confesó en televisión dos años atrás que había intentado robar secretos militares para Seúl.
El 9 de mayo los tres subieron al avión de Pompeo sin necesidad de asistencia en la capital norcoreana. Descendieron en Japón y fueron trasladados a un Boeing C-40 con personal y aparatos médicos para regresar a los Estados Unidos.
Ayer jueves 10 de mayo, en la Base Aérea Andrews el presidente de Estados Unidos, Donald Trump los recibió y dijo que su regreso era una señal prometedora de cara a su objetivo de desnuclearizar la Península de Corea.
Agregó que era un «gran honor» recibir a los detenidos en territorio estadounidense, añadiendo que «el verdadero honor será si tenemos una victoria para deshacernos de las armas nucleares”. Junto a los liberados, Trump dio las gracias al líder norcoreano y apuntó que cree que Kim Yong un quiere alcanzar un acuerdo para la desnuclearización de la región. «Realmente pienso que quiere hacer algo”, señaló.
La primera dama, Melania Trump, el vicepresidente, Mike Pence, y varios altos cargos del gobierno acompañaron al presidente en la recepción en la base aérea Andrews, cerca de Washington. Trump y su esposa subieron al avión médico para mantener un encuentro privado antes de aparecer juntos en las escaleras del aparato, y aplaudieron mientras los liberados levantaban los brazos al aire en lo que parecían ser gestos de triunfo.
«Esta es una noche especial para estas tres grandes personas”, declaró Trump a reporteros, parado sobre la pista junto a los tres exdetenidos. Sobre la relación entre Washington y Pyongyang, dijo: “Estamos comenzando con buen pie”.
Kim Dong Chul, Kim Hak Song y Tony Kim parecían cansados pero animados, haciendo el signo de la paz con los dedos al salir del avión. A través de un traductor, dijeron que la situación era “como un sueño” y que estaban “muy, muy felices” de volver a ser libres. A su salida de la aeronave, los soldados que estaban sobre la pista comenzaron a aplaudirles y a vitorearlos.
Tras las declaraciones de Trump, los tres hombres se subieron a un autobús del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed. La Casa Blanca explicó que serían examinados y recibirían tratamiento médico en un centro del área de Washington antes de reunirse con sus familias.
Finalmente, y como un gran colofón a los episodios de estos días, Donald Trump, afirmó el jueves en su cuenta de Twitter que «La muy esperada reunión entre Kim Jong-un y yo se llevará a cabo en Singapur el 12 de junio. Intentaremos que sea un momento muy especial para la paz mundial”.
La cumbre de Singapur será el primer cara a cara de un presidente de Estados Unidos en ejercicio con un líder de Corea del Norte. La cumbre tiene como objetivo reducir las tensiones entre Washington y Pyongyang, y negociar un posible final para el programa de armas nucleares del país asiático.
Singapur tiene un pie en Oriente y otro en Occidente, es ultramoderno, seguro y, para algunos, un poco aburrido. Singapur siempre fue una elección fiable para la histórica cumbre entre los impredecibles líderes de Estados Unidos y Corea del Norte, ya que ha sido sede de reuniones cumbre de diversos mandatarios.
La información fue confirmada por el ministerio de Relaciones Exteriores singapurense.