Legisladores en Cataluña eligieron este lunes por mayoría simple al nuevo presidente regional, un independentista que no ha enfrenta cargos por parte de las autoridades españolas. Con ello se abre la puerta a relajar el enfrascamiento político con el gobierno español en Madrid, aunque no queda resuelto.
Quim Torra, abogado, de 55 años, fue investido en remplazo de Carles Puigdemont, el expresidente que enfrenta un proceso de extradición desde Alemania por cargos de rebelión y malversación de fondos debido a la convocatoria del referéndum independentista el 1 de octubre pasado.
El referéndum se degeneró en caos y violencia después de que Madrid envió a policías de otra región para bloquear la votación. Puigdemont y otros políticos independentistas tildaron de exitoso al referéndum y aseguraron que había sido aprobado de manera mayoritaria, aunque el voto dejó profundamente dividida a Cataluña.
Después de que el Parlamento declaró la independencia a finales de octubre, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, invocó el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía de la región y administrarla directamente desde Madrid. Después convocó a nuevas elecciones parlamentarias para finales de diciembre con la esperanza de que hubiera un reacomodo político.
Sin embargo, los partidos independentistas obtuvieron respaldo suficiente para tener mayoría en el parlamento; la coalición buscó reinstalar a Puigdemont, quien para entonces había salido de España para evitar ser arrestado.
Y por ello Cataluña no tuvo presidente sino hasta este lunes.
En un discurso a los parlamentarios antes de la votación sobre su investidura, Torra reiteró su compromiso con una república catalana independiente. No obstante, también se mostró algo conciliatorio: en un momento dejó de hablar catalán y usó el español para proclamar que Cataluña sería una “nación plena” en una “república de todos”.
También ofreció una disculpa por publicaciones pasadas en Twitter en las que criticaba a los españoles y acusaba al Estado español de saquear a Cataluña. Torra añadió en su discurso del lunes: “No queremos una Cataluña uniforme, sino unida en la diversidad”.
Rajoy, por su parte, lanzó un llamado para que haya “entendimiento y concordia” con la región bajo el liderazgo de Torra e indicó que se reunirá dentro de una semana con otros líderes partidistas para revisar la situación catalana.
Rajoy enfrenta presión de parte de Ciudadanos, parte de la coalición en la que depende para su gobierno minoritario, para mantener el control sobre Cataluña con el fin de exigir que los políticos independentistas abandonen su plan separatista.
El presidente español también advirtió a Torra de llevar a Cataluña hacia una ilegalidad si revive la agenda independentista que los tribunales han dicho viola la Constitución. “Lo que hemos visto y escuchado de Quim Torra no nos gusta”, declaró Rajoy hace unos días, pero indicó que no hará ningún juicio de valor: “vamos a juzgarle por sus hechos”.
Rajoy había declarado al tramitar los poderes especiales del artículo 155 que levantaría el gobierno directo sobre Cataluña ya que hubiera un nuevo parlamento y un nuevo presidente regional.
Torra no consiguió los votos suficientes el sábado durante una sesión de posible investidura, pero para la segunda ronda necesitaba una mayoría simple en vez de calificada y la obtuvo. De los 135 integrantes del parlamento regional, 66 lo respaldaron y 65 votaron en contra. Cuatro integrantes del partido independentista radical Candidatura de Unidad Popular (CUP) se abstuvieron.
La CUP ha tenido un peso clave para el impulso independentista catalán y se espera que presione a Torra para que continúe con el proceso unilateral, pese a la revocación de la declaración de finales de octubre.
Torra asumirá el cargo formalmente en los próximos días ya que Rajoy y el rey Felipe VI avalen su investidura.
Hasta este mayo, Torra era un político de bajo perfil que era conocido principalmente como aliado de Puigdemont e impulsor de la independencia (antes había estado en Òmnium Cultural, asociación a favor de la independencia). Puigdemont lo eligió como candidato después de que él no pudo postularse; la Corte Constitucional prohibió su intento de ser investido en ausencia desde Alemania.
Torra no era parte del gabinete de Puigdemont y, por tanto, no enfrenta los cargos que pesan sobre otros políticos acusados por el voto independentista.
La mayoría de esos políticos están detenidos en espera de juicio en Madrid o fuera del país para evitar ser detenidos, aunque podrían ser extraditados.
Fuente: NYTimes