Denme un héroe y les daré una tragedia. La final de la Copa MX entre Necaxa y Toluca estaba cerrada, estaban los penaltis a la vuelta de la esquina. Los dos estaban esperando la definición desde el manchón, corría el minuto 86 y la tragedia se vestía de escarlata. Llegó un centro de rutina, de esos que por entrenamiento se despejan 50 sin ningún error, pero Santiago García en su afán por evitar que le llegara a Barragán despejó sin estar bien parado y techó a Talavera, dejó parado al arquero toluqueño. Los Diablos Rojos quedaban tendidos sobre el terreno en un duelo donde los dos equipos pactaron los penaltis. Pero la suerte hoy sí jugó y le dio la espalda a los de colorados.
Necaxa 1, Toluca 0.
La primera del partido fue una jugada donde Luis Quiñónez quedó frente al arco de Barovero y disparó por encima, el Toluca tocaba la puerta y se salvaba el cuadro local. Empezaba con emociones el duelo en Aguascalientes.
Necaxa de inmediato emparejó el partido y adelantó líneas para buscar pegar primero. En dos ocasiones Carlos González tuvo para abrir el marcador, pero en una definió apurado y en la más clara para los Rayos, el chileno quedó mano a mano contra Talavera, quien aguantó el fusilamiento y Atala mandaba a tiro de esquina. El arquero de los Diablos bajaba la cortina en una muy clara de los Escarlatas.
El trámite del primer tiempo se convertía lento, pocas ocasiones de gol y ambos conjuntos cuidando más la parte defensiva que la ofensiva.
Necaxa buscaba recurrentemente el centro del campo, le daban la pelota a Víctor Dávila, pero el andino no lograba darle claridad a su equipo y los intentos morían con las contenciones visitantes.
Los Diablos Rojos tenían en Barrientos y Sambueza sus válvulas de escape, pero ninguno de los dos argentinos lograba desequilibrar para meter en problemas a la zaga necaxistas.
Después de las opciones de gol que tuvieron al comienzo del partido, ambos conjuntos se veían cómodos con la igualdad en el marcador, sin hacerse daño así acabó el primer lapso.
Para el complemento, los dos cuadros le imprimieron más pasión al duelo, más intensidad a las acciones y se peleaba el balón como si fuera el último, pero poca claridad.
El primer técnico en moverle a su banca fue Cristante, metió a Reyna por el joven Delgadillo esperando que el Pleititos le diera amplitud y profundidad a su juego, del Necaxa calentaban todos, pero Ambriz no mandaba movimientos.
Una de las vías posibles para abrir el duelo era la pelota detenida y Pablo César Barrientos la tuvo de tiro libre, pero la barrera brincó en el momento exacto y desactivaron el peligro.
A falta de 15 minutos el Necaxa se soltó y mandó un cambio para buscar el duelo, doble nueve, al meter a Barragán y sacar al chileno Dávila, Carlos González y el `Gasolinero´ Barragán para buscar el gol del campeonato.
El partido estaba por culminar, las acciones ocurrían en la media cancha y los penaltis estaban en el horizonte. Sólo una tragedia podía cambiar el empate. Al minuto 86, un balón de rutina en los linderos del área grande, una pelota a media altura para reventar apalanque medio campo o buscar dominarla para salir jugando, pero la fortuna le jugó en contra a los Diablos, Santiago García se perfiló mal y rebanó el balón, Talavera dio dos pasos adelante y el esférico lo techo. Drama y llanto en la cancha, los dos equipos lloraban, unos de alegría y otros de tristeza, de desesperación. La final de Copa MX cuando estaba más cerrada se abrió con un auto golazo.
Fuente: Milenio