La derecha moderada francesa y la extrema derecha señalaron este lunes al presidente Emmanuel Macron tras el triple atentado del viernes en el sur de Francia, en el que murieron cuatro personas, además del terrorista. El paréntesis en la batalla política tras el ataque, el más grave desde que Macron llegó al poder en mayo de 2017, ha durado menos de tres días.
Laurent Wauquiez, líder de Los Republicanos, acusó a Macron de “responsabilidad culpable” y de “ceguera política” ante la amenaza yihadista. Marine Le Pen, jefa del Frente Nacional, pidió la dimisión del ministro del Interior, Gérard Collomb. Ambos propusieron la expulsión de los extranjeros que puedan ser un peligro para la seguridad nacional.
La muerte del gendarme Arnaud Beltrame en un supermercado de Trèbes, cerca de Carcasona, tras intercambiarse por una rehén, creó un raro momento de comunión en Francia. El miércoles se celebrará un homenaje nacional en la iglesia de los Inválidos, en París.
Las voces discordantes ante el heroísmo del teniente coronel Beltrame fueron contadas. Una de ellas fue la de Stéphane Poussier, un excandidato a las legislativas del partido de izquierdas La Francia Insumisa. En las redes sociales, Poussier celebró la muerte del gendarme. La policía le detuvo para interrogarle por supuesta «apología de acto terrorista», delito punible con penas de hasta siete años de prisión y una multa de 100.000 euros. Su partido le expulsó y anunció que le denunciaría.
La polémica partidista estalló con una declaración solemne de Wauquiez en la sede de su partido y, antes, con una entrevista de Le Pen en la cadena RMC. Las posiciones de Le Pen, líder de un partido que tiene en la mano dura con los extranjeros, especialmente musulmanes, una de sus señas de identidad, son conocidas.
Más llamativo es el discurso de Wauquiez, una ocasión para exhibir sus credenciales de conservador sin complejos, partidario de la mano dura en materia antiterrorista.
«[Emmanuel Macron] no combate al terrorismo que corroe nuestro país», dijo Wauquiez. El presidente de Los Republicanos reprocha a Macron que en 2016, cuando era ministro de François Hollande, se opusiera a la retirada de la nacionalidad francesa para los autores de actos terroristas y que, ya como presidente, permitiese levantar el estado de excepción en noviembre de 2017.
«La ceguera política ha durado demasiado», dijo. «Pido solemnemente a Emmanuel Macron que salga de su ingenuidad culpable y tenga por fin la valentía de tomar las medidas que se imponen para proteger a los franceses».
En el campo de la mayoría presidencial, el exprimer ministro y ahora diputado Manuel Valls sugirió la posibilidad de colocar «en el respeto del derecho y bajo la autoridad de un juez» a las personas consideradas peligrosas en centros de retención administrativa, los mismos donde se retienen a los inmigrantes en vías de expulsión. «Hay que neutralizar a estas personas que representan un verdadero peligro», dijo en la cadena France Info.
Macron dejó expirar el estado de excepción, pero lo sustituyó por una ley antiterrorista que incluye aspectos clave del estado de excepción. En su mandato, Francia no ha sufrido atentados de las dimensiones de los que golpearon el país en los años 2015 y 2016 con el presidente Hollande. Entre 2015 y la mitad de 2017, cuando Macron llegó al poder, murieron 238 personas en atentados. Hasta ahora, el principal atentado de la presidencia de Macron había ocurrido en octubre, cuando un hombre apuñaló a dos mujeres en la estación de Marsella.
En el centro de la discusión están ahora los llamados ficheros S, un archivo de personas de las que Francia u otros socios europeos sospechan que pueden tramar acciones terroristas o contra la seguridad del estado. No es necesario, para figurar en esta lista, haber cometido un delito o un crimen, y no es en absoluto una prueba de culpabilidad.
Redouane Lakdim, el terrorista de Carcasona y Trèbes, nació en Marruecos y tenía la nacionalidad francesa. Estaba a punto de cumplir 26 años. Su compañera, que se encuentra bajo custodia policial, también estaba fichada. Tenía 18 años. Un amigo de Lakdim, menor de edad, está detenido para ser interrogado.
El terrorista, conocido como pequeño delincuente, estaba fichado S desde 2014 y las autoridades le habían vigilado, pero no pensaban que se hubiese radicalizado. «Pasó a la acción de manera brusca”, dijo el ministro Collomb. Y este es el flanco que la derecha usa para criticar a Macron y a su Gobierno. Le Pen reiteró su propuesta de expulsar a los extranjeros que figuran en el fichero S. Wauquiez se sumó.
«Pido que no nos contentemos con seguir a los islamistas radicalizados mientras esperamos que pasen al acto», dijo. «Hay que incapacitarlos para hacer daño antes de que viertan la sangre de inocentes. Hay que internar a los más peligrosos, como pido incansablemente desde hace tres años, y hay que expulsar inmediatamente a los que no son franceses».
La posición de Wauquiez refleja su estrategia al frente de Los Republicanos: girar a la derecha par atraer a los votantes del FN, sin pactar con este partido. Le Pen, en cambio, recién reelegida presidenta del partido, sostiene que sin pactos con otras fuerzas el FN lo tendrá difícil para llegar al poder. Los atentados de Trèbes han servido para visualizar la sintonía entre ambos.
Fuente: El País