El uso ilimitado de los recursos de los océanos, la sobreexplotación pesquera, la pérdida de la biodiversidad, la contaminación y el cambio climático son los principales problemas que amenazan a los océanos globales.
Con una superficie superior de dos tercios de nuestro planeta, los océanos juegan un papel crucial en la estabilidad de nuestro clima. No obstante, los mares están bajo estrés debido al acceso ilimitado a sus recursos, la sobreexplotación pesquera, la pérdida de biodiversidad y la contaminación oceánica. Todo ello sin olvidar el mayor enemigo mundial: el cambio climático.
Estas son las principales conclusiones que ha recogido el “Atlas de los Océanos”, una investigación realizada por la Fundación Heinrich Böll junto con diversos expertos internacionales. La presidenta de la organización alemana, Barbara Unmüßig, junto a Flavia Liberona, directora de Fundación y Terram y Juan Carlos Castilla, doctor en Biología Marina y Premio Nacional en Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, presentó el reporte el pasado miércoles (14.03.2018) en Santiago de Chile.
Distribuidos en 18 capítulos, las cifras y hechos recopilados muestran las amenazas de los mares y sus ecosistemas, así como los impactos del cambio climático en los océanos. Elaborado con la Fundación Heinrich Böll Schleswig-Holstein y The Future Ocean Cluster of Excellence de la Universidad de Kiel (Alemania), dicho documento dispone de una versión en alemán e inglés. No obstante, desde ahora cuenta con “una adaptación con las especificidades relativas a los países de América Latina”, aclaró la presidenta de la Fundación.
Unmüßig repasó algunos de los capítulos más destacados que intentan dar respuestas a cuestiones como el origen de la basura plástica, las causas de la sobreexplotación de los recursos pesqueros, la extinción de especies, la expansión de las zonas muertas y los aportes de las áreas protegidas en la recuperación de ecosistemas en crisis, entre otras.
La experta alemana apuntó al crecimiento de las ciudades de la contaminación que sufren los océanos con el aumento de basura que termina en el océano, así como el uso de pesticidas y fertilizantes de la industria agraria. Así, criticó que de los 300 millones de toneladas de plástico que se producen anualmente en el mundo, “el 80 por ciento termina en el océano”. De éstos, “sólo el 1 por ciento del plástico se puede encontrar en la superficie del océano”, mientras que el resto “termina como microplásticos”.
Por este motivo, además de alentar la creación de sistemas de reciclaje, abogó por “abordar el problema en el otro lado de la cadena: tenemos que reducir la producción de plástico y evitar el uso del mismo”.
La sobrepesca es otro de los problemas para la integridad de los ecosistemas marítimos. “La producción pesquera del norte de Chile y Perú, basada en especies como la anchoveta, constituye una de las pesquerías más importantes a nivel mundial. Esta valiosa proteína es principalmente utilizada para hacer aceite y harina de pescado”, explicó a DW Elizabeth Soto Muñoz. No obstante, en Chile, se utiliza en parte para alimentar salmones: “se utilizan aproximadamente 5 kg de peces pelágicos para cosechar 1 kilogramo de salmón, lo que es completamente insustentable”, criticó.
La producción pesquera chilena fue uno de los temas destacados durante la presentación del Atlas, en el que han colaborado dos expertas del país latinoamericano.
Esta bióloga chilena, que cuenta con experiencia en temas de manejo pesquero, redactó el capítulo sobre esta temática para el Atlas. “Es una visión política de elementos de la legislación pesquera y los resultados de su implementación”, subrayó recordando la complejidad del tema y la dificultad de encontrar información al respecto.
Según el informe, la mitad del pescado consumido alrededor del mundo se ha originado en granjas de peces, que aunque se localiza principalmente en Asia (88%), también tiene una fuerte presencia en el país latinoamericano. No obstante, para la presidenta de la fundación alemana, “las granjas de peces no son una solución” ya que generan otro tipo de problemas. “El 20 por ciento de los manglares mundiales fueron destruidos por los humanos entre 1980 y 2005 para acuicultura”, criticó.
La amenaza invisible
Unmüßig recordó sobre el rol que juegan los océanos en la regulación del clima y su utilidad para frenar el avance del cambio climático. No obstante, “en el Acuerdo de París los océanos no juegan un papel crucial”, lamentó la experta alemana subrayando la poca presencia de éstos en las negociaciones climáticas.
Por este motivo, la publicación urge a identificar políticas públicas tanto nacionales como internacionales para proteger los ecosistemas marinos. ”Hay evidencias de que para que la vida salvaje marina se recupere, el 20 por ciento se debe poner bajo protección de la pesca”, consideró la experta alemana.
Aunque valoró positivamente la existencia de actores y acuerdos regionales, lamentó la falta de una convención global. Por este motivo, Soto urgió a “una gobernanza internacional eficiente que logre controlar y manejar de manera adecuada la gran cantidad de amenazas que enfrentan los océanos”, aunque reconoció la dificultad de la misma ya que “requiere el compromiso de todo el mundo y, además, que la comunidad internacional entienda que la vida de este planeta está sustentada por los océanos”.
Así, Karina Vega Arcos, experta chilena en temas medio ambientales, que también ha participado en el Atlas, subrayó a DW la importancia del mismo en el ámbito de la conservación. “El Atlas contribuye a hacer visibles y transmitir a las personas las problemáticas de nuestros océanos para así generar conciencia ambiental”, concluyó.