Por Alejandro Aguirre Guerrero
Se dice mucho que José Yunes está rodeado de algunos personajes incorrectos o negativos; que insiste, de manera terca y hasta enfermiza, en escuchar palabras o consejos que lo harían avanzar, sin duda alguna, en la década de los ochenta, pero no a un par de años del 2020. A mi juicio, más allá de quienes lo circundan, el problema es que al “gallo” del tricolor en Veracruz le tocó la peor época para ser candidato priísta. Así de fácil.
Tiene años que no cruzo una palabra con Pepe Yunes en persona, más allá de contadas entrevistas vía telefónica para mis espacios informativos, sin embargo, en el imaginario colectivo permanece calificado como “un caballero de la política”. Así lo ubican los veracruzanos, es su cualidad, y al mismo tiempo, su lastre electoral.
Hoy, para bien o para mal, en estos menesteres, el que no sabe ser bravucón, provocador, ocurrente e irónico, carece de opciones reales de vencer. No es tiempo de sacar un “guante aterciopelado para retar finamente a un duelo”, dejemos eso a la nostalgia. ¿Tiene José Yunes la misma agresividad, (sea mal o bien operada), de Enrique Ochoa, Aurelio Nuño, Javier Lozano y (guardando las distancias), hasta de José Meade?
Quiero ser claro: Pepe Yunes es un gran candidato, quizá el mejor intencionado de los que hoy buscan ser gobernador de Veracruz; incluso el más transparente y limpio, difícilmente le encontrarían alguna historia obscura real o inventada como a Ricardo Anaya, López Obrador o José Meade. Es simple, al oriundo de Perote le llegó tarde su candidatura, en otro momento ganaría con facilidad, sin un Javier Duarte o campaña presidencial simultánea que le afecte.
Pepe Yunes y José Meade son muy parecidos, no en balde fueron compañeros de pupitre en el ITAM. Tienen formas similares de ser candidatos. La “bravuconería” que no tienen ellos acabaron adoptándola, por necesidad, algunos elementos cercanos de su equipo de campaña. No son tiempos de “traje de etiqueta”, sino de armaduras para un Coliseo Romano.
En Veracruz, Cuitláhuac García, de Morena-PT-PES, y Miguel Ángel Yunes Márquez, del PAN-PRD-MC, dejando de lado si son buenos o malos candidatos, han demostrado que saben lastimar a su oponente con voz elevada, ironías, insinuaciones y humor negro. ¿Podrá Pepe Yunes darles también batalla en esa arena? Pienso que no, pero todo puede ocurrir, aún no inician formalmente las campañas.
¿Será que tanto Pepe Yunes como José Meade cambien radicalmente ahora que inicien las “hostilidades”?, ¿tendrán que comportarse más como candidatos reales quienes los rodean? Sin duda Miguel Ángel Osorio Chong y Manlio Fabio Beltrones serán de mucha utilidad para Meade, ¿quién lo será para Pepe Yunes?, ¿el dirigente estatal del PRI?, ¿quién más?, ¿el recién nombrado Coordinador Estatal de Meade en Veracruz, Héctor Yunes Landa? Más allá de él, no veo a otro “Nuño, Ochoa u Osorio veracruzano”.
Falta mucho camino por recorrer y en el estado no hay algo decidido. Tanto la Gubernatura como la Presidencial están en el aire, pero “si Pepe Yunes sigue siendo el Pepe Yunes de siempre”, su camino podría obscurecerse más, y en esa dinámica, también el de Meade en Veracruz.
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