El Papa Francisco oró el domingo por la gente de Mindanao, la isla de Filipinas devastada por inundaciones y deslaves.
Francisco dijo que las tormentas «han causado numerosas víctimas y mucha destrucción», mientras saludaba a la gente en la Plaza de San Pedro horas antes dar la Misa de Gallo.
El papa pidió para que «Dios misericordioso reciba las almas de los difuntos y consuele a todos los que sufren por esta calamidad». A los que estaban en la plaza también los invitó a rezar por los damnificados.
La tormenta ha dejado 120 personas muertas y al menos 160 desaparecidos.
Fuente: Excélsior