Las insinuaciones sexuales no cesaban. La representante republicana Mary Bono dice que el colega en cuestión se le acercó una vez en la misma sala de debates y le dijo que había estado pensando en ella en la ducha.
El de Bono, quien sirvió 15 años antes de perder su banca en el 2012, no es un caso aislado.
En medio del frenesí de denuncias de acoso sexual de los últimos días, una legisladora en funciones y tres que ya no están en el Congreso dijeron a la Associated Press que ellas también fueron hostigadas o blanco de comentarios de tono sexual inapropiados de parte de otros miembros del Congreso.
Los incidentes ocurrieron hace años, incluso décadas, cuando las mujeres eran recién llegadas al Congreso. Incluyen desde comentarios aislados en una audiencia hasta insinuaciones reiteradas indeseadas, comentarios groseros y toqueteos en plena sesión. Las revelaciones hacen pensar que ninguna mujer está a salvo de estas conductas, ni siquiera en las altas esferas del gobierno.
Es una cuestión de poder”, dijo la ex senadora Barbara Boxer, tras describir un incidente en una audiencia en la década de 1980 en el que un colega le hizo un comentario de trasfondo sexual desde la tarima, el cual generó sonrisas generalizadas y otro comentario celebrando la salida de parte del presidente de la comisión. “Es algo hostil, incómodo, que puede privar a una persona de su poder”.
Boxer y las otras legisladoras se sumaron así a la ola de denuncias de acosos generadas por el caso del productor de Hollywood Harvey Weinstein, que ha sido acusado por decenas de mujeres de distintas agresiones sexuales.
Las denuncias de las legisladoras plantean interrogantes en torno al ambiente de machismo que impera en el Capitolio, donde los legisladores varones sienten que pueden tomarse libertades no solo con subalternos sino también con sus propias colegas.
Las legisladoras no quisieron identificar a los colegas que las molestaron, pero al menos dos de ellos siguen en la cámara baja. Ninguna de las legisladoras entrevistadas denunció los incidentes en su momento. Algunas dijeron que, de hecho, no estaba claro a quién hacer la denuncia.
Cuando era una recién llegada al Congreso, poco después de cumplir 30 años, un legislador con mayor antigüedad, casado, me propuso que nos acostásemos. Me reí como tomándomelo en broma, pero insistió. Y de allí en más evité a esa persona», afirmó la representante demócrata californiana Linda Sánchez. Agregó que les advirtió a otras colegas sobre el legislador en cuestión, pero prefirió no identificarlo, aunque dijo que sigue en el Congreso.
Sánchez dijo asimismo que otro legislador no le sacaba los ojos de encima, y que en una ocasión la tocó de una forma inapropiada, fingiendo que fue algo accidental. También desistió de identificarlo, pero dijo que ya no está en el Congreso.
Fuente: Excélsior