Diego Fernández de Cevallos consideró que la discusión sobre el derroche de dinero por parte de los partidos es positiva, urge resolver y prescindir de ello, es una buena decisión de los partidos.
Estos deben asumirse como instituciones al servicio de la sociedad, como debe ser.
Somos un país con rostro humano, sólo cuando nos sorprende la tragedia.
En realidad, somos un país siempre en rijosidad.
Los partidos no deben ser islotes para tapar a bribones.
5 comentarios
Muy bien por lo que expresa y piensa el Sr. Diego Fernández de Ceballos, por algo le dicen los Políticos
» el jefe » , sería sensacional que el señor Anaya, actual Presidente del PAN, y todos de ahí para abajo
pidieran el consejo a este SEÑOR y que pusieran en practica sus ideas que son los ideales del PAN.
Totalmente de acuerdo Anaya no tiene nada que hacer con el PAN, parece que no conoce los valores y principios de ese partido, requerimos juntarnos para sacar a esa bola de brbones, sin propuestas positivas para el pueblo y se han convertido en dicipulos del Peje. Exponiendo argumentos a los medios como si fueramos idiotas.
Antes del temblor de la semana pasada, todos los medios se mostraban en contra del excesivo presupuesto asignado a los partidos políticos. Después del temblor cuando aparecen propuestas –
– insospechadas antes- de que los partidos renuncien voluntaria y definitivamente a esos fondos empiezan a criticar. ¿Qué pasa?
Se requirió de dos terremotos que produjeron indecible dolor a muchos hermanos mexicanos y perdidas económicas todavía incalculables para que surjan ideas y actitudes para acabar con esa injusticia presupuestal. ¿La dejaremos pasar
por » sospechosismos »? La sociedad entera aplaude que se concrete. Señores de los medios: ¿Está renuncia a lis fondos de los partidos les afecta económicamente, o qué posición juegan?
Todavía recuerdo los días en que el PAN se ayudaba económicamente con la venta de boletos de rifas y los ciudadanos que comulgaban con sus propuestas y líderes los compraban para apoyar a su partido.
DFC el pillo mayor del salinato: el jefe de las concertacesiones ¿Quién le cree?