POR LA ESPIRAL
Claudia Luna Palencia
@claudialunapale
Me parece que el euro tocando su máximo nivel frente al dólar tras ubicarse ayer a 1.20 dólares por euro (nivel observado en 2015) no puede ser más que un significativo termómetro acerca de la enorme tensión acumulada en el mapamundi internacional.
La situación está que trina, no podía ser más áspera después de que Corea del Norte lanzó el martes por la madrugada un misil que sobrevoló territorio japonés para estrellarse a unos kilómetros de distancia de Sapporo; el proyectil cayó en el Mar de Okhotsk.
Que el régimen de Kim Jong-un no responda a las presiones internacionales, ni a las sanciones económicas, financieras así como diplomáticas impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU con el aval de China y de Rusia es a mí parecer como analista una mala señal… una constante provocación por un líder obcecado en mostrarse amenazante ante Estados Unidos.
Hoy por hoy, la actitud temeraria del régimen norcoreano está metiendo en una especie de ajedrez geoestratégico a los asesores de los líderes globales que ya calibran, según la prensa internacional, la inminente posibilidad de una escalada bélica.
Y los mercados internacionales están nerviosos, son altamente reactivos por ende, las divisas se vuelven locas, los parqués bursátiles actúan con volatilidad lo que implica que tres días pierden y dos ganen.
Es decir, la tensión bélica geopolítica tiene un efecto de traslado, contamina, también las relaciones comerciales, de inversiones, financieras y económicas. La guerra también se lleva al terreno de lo económico.
Ayer martes, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, llamó a su homólogo japonés Shinzo Abe para ofrecerle su respaldo militar ante Corea del Norte.
En el contacto vía telefónica que demoró 40 minutos ambos líderes acordaron solicitar una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU para pedir otra oleada de sanciones contra los norcoreanos, apretarles más las tuercas para obligarlos a buscar, en el cauce de la diplomacia, la respuesta asertiva para desmontar su programa nuclear.
Dónde falle el cálculo de los misiles lanzados, y uno de éstos caiga encima de un territorio y no del mar, nos metemos en la Tercera Guerra Mundial, no es ninguna broma.
Y no me parece que Trump sea precisamente el más preparado para fungir como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, con los dedos pegados a Twitter y el poder –entre las manos- del botón rojo. Por lo pronto, el ministro Abe ya desplegó antimisiles en varias partes del territorio japonés.
A COLACIÓN
Esto es como cuando te va a dar gripe y empiezan los primeros signos, las primeras molestias, con el cuerpo cortado aunado a una especie de malestar general.
Yo en lo personal no tomo mucho como referencia a los mercados bursátiles porque son hipersensibles, altamente especulativos y muy volubles me refiero como indicador de qué algo se está cocinando en el ambiente internacional. Las bolsas reaccionan a todo –para bien y para mal- y como caen así vuelven a recuperarse.
En cambio con las monedas al igual que con los commodities se percibe el desplazamiento del capital, el orden de venta en instrumentos ligados con las monedas, el petróleo, el oro, la plata y otros metales.
Se venden posiciones cuando los asesores avizoran que es menester desplazarse de invertir en dólares a hacerlo por ejemplo en euros; o cuando la recomendación es protegerse del chubasco bajo el paraguas del oro, la plata y otros metales. Y eso desvela que el tormentón no será momentáneo (de corto plazo en días y hasta seis meses); al ubicarse en el plano del mediano plazo el horizonte se extiende desde los seis hasta los 24 meses.
Que el euro se refortalezca tiene varias interpretaciones: 1) El efecto Brexit, la libra ha tenido sendos retrocesos y el euro saldrá muy favorecido; 2) las tensiones geopolíticas entre la Casa Blanca y varios países mucho más claro con Corea del Norte; 3) Trump prometió un dólar débil para apuntalar a la economía estadounidense vía el comercio internacional; 4) la política del Banco Central Europeo de tasas cero para reactivar a la economía de la Unión Europea podría ya no ser útil sino todo lo contrario; 5) si se complica la recuperación del PIB estadounidense habrá un traslado a otras divisas e instrumentos.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales