Durante el primer semestre del 2017, el sector agroalimentario registró un superávit de 4,560 millones de dólares, un crecimiento de 52.94%respecto al obtenido en el mismo periodo del 2016, cuando fue de 2,981 millones de dólares. Este comportamiento pone a México en un equilibrio adecuado frente a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Tras mencionar que México ha tenido un excelente desempeño que se empezó a registrar desde el 2015, Juan Carlos Anaya, director del Grupo de Consultores Agrícolas (GCMA), detalló que el valor de las exportaciones en el primer semestre de este año fue de 17,014 millones de dólares, mientras las importaciones del sector agroalimentario fueron de 12,455 millones de dólares en el mismo periodo.
Por productos, la cerveza lideró las exportaciones, con 1,895.4 millones de dólares, 36.48% por arriba de lo obtenido en el mismo periodo del 2016. En segundo lugar se ubicó el aguacate, con 1,408.9 millones de dólares, reflejando un incremento de 64.42% respecto de enero a junio del año previo, en gran medida por el aumento en su precio.Por su parte, el tomate se posiciona como el tercer producto agro más exportado con 1,023.4 millones de dólares, una caída de 17.13% frente a lo obtenido en el mismo periodo del 2016. Por su parte, el bovino se coloca en cuarto lugar, mostrando un incremento de 3.93% que corresponde a 945.7 millones de dólares.
Luis Fernando Haro, director general del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), destacó que México es el 12° productor agrícola en el mundo y con un gran potencial. Además, reiteró que, por tercer año consecutivo, México logró una balanza agroalimentaria positiva. “Tenemos un gran reto ante la producción de alimentos en el país: no hay más tierras agrícolas, los recursos son limitados y tenemos que basar la producción de alimentos en incrementar productividad por unidad agrícola”, agregó Haro.
Cuando se firmó el TLCAN en 1994, el agro era un sector perdedor; “resulta que después de muchos años hizo bien el trabajo con algunos productos, y es el tercer sector después de manufactura y está por arriba del petróleo”.
Lo anterior nos da “un equilibrio”, pues mientras los americanos están interesados en vendernos granos y oleaginosas, México se vuelve estratégico “porque la cercanía y el tamaño del país les representa una salida más lógica, adecuada para poder exportar maíz, trigo y soya. Por la expectativa de mercado, lo pueden enviar por tren y barco, y eso no lo pueden hacer con Japón, por ejemplo. Y si a esto le sumamos al sector pecuario, en donde México es deficitario en pollo, cerdo y leche, y poco en res, nos volvemos un mercado atractivo”.
Haro puntualizó que si bien se ha impulsado la diversificación de mercados como parte de la estrategia gubernamental, “el crecimiento en las exportaciones también obedece a que se ha trabajado en varias vías, hemos incrementado de 156 millones de productos en el sector a 273 millones”.
Por ejemplo, en granos, donde no somos fuertes, pasó de 25 a 40 millones de toneladas la producción; “sí ha crecido, pero no al ritmo de la población y consumo, y eso ha hecho que las importaciones se hayan visto aumentadas”.
Por otra parte, en la agroindustria, el azúcar se convirtió en el sexto exportador del mundo, y en el tema del tequila, de cada 10 botellas que se exportan, ocho van a Estados Unidos. (MARÍA DEL PILAR MARTÍNEZ. EL COMERCIO)