La presencia de 50 mil soldados en calles y carreteras para garantizar la paz social fue una solución temporal transformada en permanente por la indolencia e incapacidad de los gobiernos estatales para asumir sus responsabilidades en materia de seguridad pública.
–¿Para qué preocuparse si los militares hacen la chamba que corresponde a los civiles, con los costos y riesgos que ello implica?
En entrevista con Jorge Fernández –publicada en Excélsior– el secretario de la Defensa Nacional lo deja muy claro.
No es el papel de las Fuerzas Armadas suplantar las obligaciones de los gobiernos estatales frente a la inseguridad. El Ejército debería regresar a los cuarteles, sin embargo eso es imposible hasta en tanto sean reconstruidas las fuerzas policiales locales, penetradas, coludidas y corrompidas por el crimen organizado.
Grave problema –reconoce el secretario Salvador Cienfuegos– es que las Fuerzas Armadas –desde hace casi diez años– desempeñan misiones sin el debido marco legal, ante lo cual el Congreso no ha movido un dedo hasta la fecha.
Entonces, “¿Quién tomaría la decisión de que las Fuerzas Armadas regresen a los cuarteles?”, pregunta el General Secretario de la Defensa Nacional.
Con razón respingan las Fuerzas Armadas que han sufrido más de 940 agresiones… con muertos y heridos en sangrientos combates.
No podemos seguir viviendo como si México estuviera en guerra. Ya vimos en Tlatlaya lo que significa cumplir la orden de “abatir” al enemigo, y como la sociedad civil ha condenado la conducta militar, lo cual ha deteriorado gravemente la imagen de una de las últimas instituciones confiables del Estado mexicano.
El dudoso papel del Ejército en la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa es otra historia.
Todo esto podría explicar porqué el Presidente de la República exigió a los mandatarios estatales a cumplir con su obligación constitucional de garantizar la paz ciudadana. “Las Fuerzas Armadas están para respaldar a las autoridades locales, pero no para suplirlas”, precisó este miércoles en el contexto de la Conferencia Nacional de Gobernadores, en Tlaxcala.
EL MONJE LOCO: ¿Qué va a pasar si es evidente que las policías no han logrado renovarse, profesionalizarse y –sobretodo– moralizarse? ¿Qué va a pasar si las Fuerzas Armadas continúan actuando prácticamente maniatadas? ¿Qué va a pasar cuando está latente el riesgo de más excesos cometidos por la tropa?