Cerca de 2.500 turistas extranjeros han abandonado Túnez tras el atentado en un hotel de la ciudad costera de Susa que causó 39 muertes
Todos ellos han partido de los aeropuertos aledaños y de la propia capital, donde se ha creado cierta confusión con la llegada de numerosos vuelos charter fletados por las compañías turísticas para recoger a sus asustados clientes.
El Ministerio de Turismo no ha confirmado ni desmentido estas cifras y se ha limitado a apuntar que se está valorando el impacto real de la masacre. Desde entonces, el desfile de maletas hechas a toda prisa tiradas por rostros tristes y nerviosos es la estampa más común en esta ciudad del sur tunecino asomada al Mediterráneo, donde el turismo es la principal actividad económica. La mayor parte se marcha impelidos por el propio miedo, otros por consejo de sus embajadas y agencias de viajes.
«Hemos pensado mucho si quedarnos porque habíamos esperado mucho estas vacaciones. Pero nos han dicho que lo mejor es salir. Así que vamos para el aeropuerto», explicó una turista británica en uno de los hoteles vecinos al atacado. Ascienden las víctimas británicas Sentados en una de las terrazas casi vacías del puerto turístico de Kantaui, en Susa, Jan y Annie, una pareja de holandeses, explican porqué han decidido quedarse y no abandonar Túnez. «Eso significaría que los terroristas han ganado. Que han logrado lo que buscaban, hacernos vivir bajo el miedo.
El Reino Unido es uno de los países más afectados por una masacre, el número de ciudadanos británicos muertos ha ascendido a 15, informó el viceministro de Asuntos del Reino Unido, Tobias Ellwood, quien calificó el ataque como el «más significativo contra británicos desde los atentados del 7 de julio de 2005» en la red de red de transporte de Londres. Entre los 39 muertos del atentado también hay belgas, checos, polacos, alemanes y franceses.
En el hotel Kantauoi Center, ocupado principalmente por rusos, la situación ha sido la contraria. Turistas tostándose al sol al ritmo de la música occidental y las actividades programadas por la dirección tunecina, como el aeróbic acuático, en marcha.
El atentado de El Bardo acabó con el primero de sus pilares, los cruceros por el Mediterráneo que tenían en Túnez una de las paradas más atractivas. Y el de este viernes busca hundir el turismo de sol y playa, el de los grandes hoteles-balneario del todo incluido que es el segundo sostén del sector en Túnez, que apenas ha desarrollado otras formas de turismo.
Fuente: 20 Minutos