Un serio problema de seguridad ha afectado tanto a los móviles Android como a los iPhone.
Project Zero, un equipo de trabajo perteneciente al amplio paraguas de Google, puso sobre aviso a los fabricantes el pasado viernes: un fallo de seguridad en los procesadores Broadcom hacía posible que un hacker pudiera acceder a los equipos de forma remota. El problema reside en el módulo que gestiona el WiFi en los equipos que cuentan con el chip de Broadcom y que podría, eventualmente, ser traspasado por manos ajenas.
Apple estaba entre los fabricantes susceptibles ante este ataque y buscó una solución mediante la actualización 10.3.1 de la plataforma iOS.
Google tampoco tardó en dar solución al problema mediante un parche de seguridad en los equipos que pertenecen a su compañía. Los de Cupertino gestionan hardware y plataforma y sus actualizaciones llegan directamente al grueso de los móviles en el mismo momento y en cualquier punto del planeta. Pero no sucede lo mismo con Android: la fragmentación de la plataforma hace que las actualizaciones pasen por fabricantes y operadoras hasta llegar por fin al cliente. Y pueden pasar meses hasta que llega, si lo hace.
«Se trata de un problema muy extendido puesto que puede contar con bastantes puntos de acceso», según explica Eusebio Nieva de la firma de seguridad CheckPoint. Y el problema real es que no se conoce a ciencia cierta el número de equipos que permanecen desprotegidos; los usuarios no tienen una forma accesible de saber si están afectados, ya que deberían destripar el móvil para comprobar la marca del chip. En Google explican que ya se hizo pública la actualización que solucionaba este problema, pero «depende de los fabricantes de teléfonos adaptarla y aplicarla a sus móviles».
Entre los dispositivos afectados se encontraría Samsung, con varios equipos con el chip de Broadcom y entre ellos, modelos tan populares como el Galaxy S7, Galaxy S6 Edge, Galaxy S5 o el Galaxy Note 4 entre otros.
Fuente: El País