El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró este viernes su intención de imponer aranceles recíprocos a partir del 2 de abril, asegurando que no habrá excepciones, aunque podría haber cierta “flexibilidad” en la aplicación.
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Aranceles como estrategia comercial y de presión
Desde la Casa Blanca, Trump afirmó que estos nuevos impuestos buscarán equilibrar el comercio internacional, pues considera que Estados Unidos ha sido estafado durante años. Además, justificó la medida como una herramienta para presionar a México, Canadá y China en temas como el comercio y el tráfico de fentanilo.
“Impondremos lo que nos impongan. Haremos lo que nos hagan”, declaró el mandatario, dejando claro que su gobierno actuará en función de cómo traten a su país en el ámbito comercial.
Industria automotriz en la mira
Uno de los sectores más afectados será el automotriz. Trump dejó claro que busca frenar la producción de autos en México y Canadá, asegurando que las empresas ya están reconsiderando sus planes de manufactura.
“No quiero vehículos de Canadá ni de México. Muchas compañías que iban a fabricar allá ahora lo harán aquí”, afirmó, subrayando que su política ya ha generado la reubicación de inversiones hacia EE.UU.
El “Día de la Liberación de EE.UU.”
Trump calificó el 2 de abril como el “Día de la Liberación de Estados Unidos”, argumentando que los aranceles corregirán una “injusticia” que ha afectado a su país por décadas.
“Nos han estafado en comercio y en defensa. Protegemos a otros países y no hacen nada por nosotros. Ahora ese dinero volverá en forma de aranceles”, concluyó.
La decisión ha generado reacciones mixtas en el ámbito político y empresarial, con algunos sectores aplaudiendo la medida y otros advirtiendo sobre sus posibles efectos en el comercio y el empleo.