El mundo se encuentra consternado tras el ataque ocurrido en Nueva Orleans, donde un veterano del ejército de Estados Unidos embistió con su camioneta a una multitud que celebraba la llegada del Año Nuevo. El incidente, que tuvo lugar la madrugada del 1 de enero, dejó un saldo de 15 personas fallecidas y más de 30 heridos, generando una ola de reacciones a nivel internacional.

El Papa Francisco, a través de un mensaje enviado por el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, expresó estar “profundamente entristecido” por lo sucedido. En su misiva dirigida al arzobispado de Nueva Orleans, el pontífice manifestó su “solidaridad espiritual” con las víctimas y sus familias, y envió su bendición a la ciudad.

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La tragedia también provocó respuestas de líderes globales. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó el ataque como un “horrible atentado”, mientras que Kaja Kallas, jefa de la diplomacia europea, reiteró la “total solidaridad” de la Unión Europea con los afectados. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, escribió en X que sus “pensamientos y oraciones están con aquellos que resultaron heridos o perdieron a sus seres queridos”.

Desde Asia, Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, expresó la postura firme de su país contra actos de “terrorismo contra civiles”, condenando el violento ataque.