Leo Zuckermann y sus minutos de opinar, comentó que Rubén Rocha sigue siendo el gobernador de Sinaloa. Ni él renuncia ni alguien lo obliga a renunciar. La primera opción sería la más digna, natural y conveniente para abrir un camino de solución a la violencia en aquella entidad del país. Que el propio Rocha se diera cuenta que su continuidad no abona a la gobernabilidad en Sinaloa, sino que, por el contrario, él mismo se ha convertido en parte del problema. La violencia ha escalado a tal punto que la sociedad sinaloense ya se movilizó en las calles para pedir su salida. Rocha Moya, sin embargo, ni entiende ni escucha. Por alguna razón que desconozco, se aferra a la gubernatura.