Las posadas, celebradas del 16 al 24 de diciembre, son una de las tradiciones más queridas de México. Además de ser un símbolo de unión y alegría, estas festividades destacan por los sabores y aromas únicos que brindan las frutas de temporada, cultivadas con esmero por nuestros productores locales.
El ponche, la bebida estrella de las posadas, reúne lo mejor de los campos mexicanos: tejocotes, caña de azúcar, guayabas, manzanas y ciruelas pasan de las huertas al fogón para deleitar a las familias en noches llenas de villancicos y luz. Estas frutas no solo representan una explosión de sabor, sino también el arduo trabajo de quienes, desde el campo, mantienen vivas nuestras tradiciones.
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Otro protagonista es la piñata, hecha de barro o cartón y adornada con papeles de colores brillantes. Al romperla, se desbordan cacahuates, mandarinas y dulces, todos frutos del esfuerzo de comunidades que preservan esta tradición con creatividad y pasión.
Así, las posadas no solo celebran el espíritu navideño, sino que también impulsan la economía local y revalorizan la riqueza agrícola de México. Este diciembre, al disfrutar del ponche o al llenar una piñata, recuerda que cada fruta y cada dulce son un reflejo del trabajo del campo mexicano, que nos une con sabor y tradición.