El miércoles, un avión de pasajeros que cubría la ruta entre Bakú, Azerbaiyán, y Grozny, Rusia, se estrelló cerca de Aktau, en Kazajistán. El accidente dejó un saldo de 32 sobrevivientes y 35 fallecidos, según informaron las autoridades kazajas. A bordo viajaban 62 pasajeros y 5 tripulantes, incluidos ciudadanos de Azerbaiyán, Rusia, Kazajistán y Kirguistán.

El vuelo, identificado como J2-8243 de Azerbaijan Airlines, sufrió una desviación de su ruta habitual y terminó impactando en la costa este del Mar Caspio, a tres kilómetros del aeropuerto de Aktau. Videos captados en el lugar mostraron al avión descendiendo rápidamente y estallando en llamas al tocar tierra, mientras un denso humo negro cubría la escena.

Las investigaciones preliminares apuntan a que una colisión con aves habría provocado una emergencia a bordo, según el organismo de control de la aviación rusa. Aunque inicialmente se informó que el avión intentó aterrizar en Aktau como alternativa, las causas exactas del desvío no han sido aclaradas.

El accidente coincidió con una serie de ataques con drones registrados en el sur de Rusia, lo que derivó en el cierre de algunos aeropuertos cercanos, incluido el de Makhachkala, el más próximo a la trayectoria inicial del vuelo.

El Ministerio de Emergencias de Kazajistán desplegó equipos de rescate en la zona del siniestro, logrando extinguir el incendio y trasladar a los sobrevivientes, entre ellos dos niños, a un hospital cercano. Los cuerpos de las víctimas están siendo recuperados, mientras las autoridades de Azerbaiyán y Kazajistán trabajan conjuntamente en la investigación.

Líderes de ambos países, incluido el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el presidente ruso, Vladimir Putin, expresaron sus condolencias. Por su parte, Ramzan Kadyrov, líder de Chechenia, pidió oraciones por los heridos en estado crítico.