Quincy Jones, el icónico productor y compositor que rompió fronteras en la industria musical y dejó una huella imborrable en la cultura pop, falleció hoy a los 91 años en su residencia en Los Ángeles. Según informó su agente, Arnold Robinson, Jones murió rodeado de sus seres queridos; aunque no se especificó la causa del deceso, su familia compartió la noticia destacando su inmensa vida y legado: “Con el corazón lleno pero roto, compartimos el fallecimiento de nuestro padre y hermano Quincy Jones (…), celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él”.
Nacido en Chicago en 1933, Jones enfrentó una infancia compleja y encontró en la música una salida que lo llevaría a convertirse en una de las figuras más influyentes de la industria. Su carrera comenzó en locales pequeños de Seattle, donde descubrió su pasión por el piano y la trompeta, instrumento que más adelante lo uniría a músicos de renombre como Ray Charles. Más tarde, su talento lo llevó a Nueva York, donde trabajó con leyendas como Duke Ellington, Dinah Washington y Count Basie.
Ganador de 28 premios Grammy, Jones es recordado por producir grandes éxitos, incluyendo “Thriller” de Michael Jackson, uno de los álbumes más vendidos de la historia. Su capacidad para transformar y fusionar géneros lo llevó a colaborar con estrellas como Frank Sinatra, con quien desarrolló una amistad y una prolífica sociedad artística. El pianista Herbie Hancock lo describió como un genio musical capaz de hacer de cualquier sonido una obra de arte.
Más allá de la música, Quincy Jones fue una figura clave en el entretenimiento, produciendo la exitosa serie El Príncipe de Bel-Air, que lanzó a la fama a Will Smith, y ayudando a Oprah Winfrey a conseguir su primer papel en el cine en El Color Púrpura, por el cual fue nominada al Oscar. En 1985, su compromiso con causas sociales lo llevó a organizar la histórica grabación de We Are the World, una canción dedicada a recaudar fondos contra la hambruna en Etiopía.
Pese a sus numerosos problemas de salud, incluyendo un aneurisma cerebral en 1974 y un coma diabético en 2015, Quincy Jones mantuvo su actividad y pasión por la música y el entretenimiento. Con premios como un Emmy, un Tony y un Oscar honorario, su impacto en la música y su contribución a la industria del entretenimiento continúan marcando la historia.
Jones deja un legado irrepetible en la música y la cultura global, y será recordado por su capacidad única de plasmar su genialidad en cada nota, cada colaboración y cada proyecto que tocó.