El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, consideró que se puede evitar una guerra total en Medio Oriente, donde Israel ha bombardeado posiciones de Hezbolá en el Líbano y ha sufrido la represalia de Irán con un ataque de misiles.
«No creo que haya una guerra total. Pienso que podemos evitarlo», dijo Biden a los periodistas en la Casa Blanca. El mandatario sostuvo sin embargo que «hay aún mucho por hacer».
El temor a una escalada del conflicto en Oriente Medio se intensificó después de que el martes 1 de octubre Irán lanzó casi 200 misiles contra Israel y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió que la República Islámica pagará por su «gran error».
Los dirigentes de los países del G7 -Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Japón y Reino Unido– expresaron «su profunda preocupación por el deterioro de la situación en Oriente Medio«.
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Irán dijo que actuó en respuesta al asesinato de Nasralá en un bombardeo israelí cerca de Beirut y a la muerte del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, abatido el 31 de julio en un ataque con explosivos en Teherán atribuido a Israel.
El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró que está en conversaciones con Israel sobre la posibilidad de atacar las instalaciones petroleras iraníes, lo que impulsó los precios del crudo.
Antes del amanecer, las tropas israelíes bombardearon un centro de atención de emergencia gestionado por Hezbolá en pleno centro de Beirut, matando al menos a siete personas, según el grupo.
El Ejército israelí anunció que mató a 15 combatientes de Hezbolá en un bombardeo nocturno contra un «edificio de la alcaldía de Bint Jbeil» donde afirmó que «estaban almacenadas grandes cantidades de armas«.
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Según cifras oficiales libanesas, cerca de dos mil personas han muerto en el Líbano desde el inicio de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá en octubre de 2023, entre ellas más de mil desde el comienzo de los intensos bombardeos en septiembre.
Más de 40 rescatistas y bomberos murieron en tres días en los bombardeos israelíes, según las autoridades libanesas. El Gobierno del Líbano estima que alrededor de dos millones de personas se han visto desplazadas por estos ataques.
Al respecto, este jueves el Ejército de Israel prometió que continuará asestando «duros golpes» a Hezbolá en el Líbano, donde sus tropas sostienen combates terrestres apoyados por ataques con aviones contra milicianos del movimiento islamista.
Tras una ofensiva de intensos bombardeos contra la organización proiraní en el Líbano, que abatió a varios dirigentes de Hezbolá y dejó más de mil muertos en todo el país, según las autoridades libanesas, Israel inició el lunes 30 de septiembre incursiones terrestres en el sur.
La aviación israelí atacó «el cuartel general de inteligencia» del movimiento, en las afueras de la capital libanesa, anunció el Ejército.
El sitio de noticias estadounidense Axios asegura, citando a tres fuentes oficiales israelíes, que el objetivo del ataque era Hashem Safieddine, el posible sucesor al frente de Hezbolá de Hasán Nasralá, asesinado el viernes 27 de septiembre. El ejército israelí no lo confirmó.
Hezbolá afirmó por su parte que un ataque golpeó un depósito cerca del aeropuerto de Beirut y una fuente cercana al movimiento informó en la noche de hasta 11 bombardeos consecutivos en el sur de la capital, bastión de esta organización.
En total, 37 personas murieron y 151 resultaron heridas en los ataques aéreos israelíes, señaló el Ministerio libanés de Salud.