El gobierno de Israel, a través de su canciller Israel Katz, declaró este miércoles al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, como “persona non grata” en el país, criticando su respuesta al reciente ataque con misiles por parte de Irán. La declaración surge tras la falta de una condena explícita por parte de Guterres al ataque que lanzó Irán contra territorio israelí durante la noche del martes.
“Cualquiera que no condene de manera clara y contundente el odioso ataque de Irán contra Israel no tiene derecho a pisar suelo israelí”, señaló Katz en un comunicado. El canciller acusó a Guterres de estar en contra de Israel y de apoyar a grupos terroristas como Hamás y Hezbolá, así como a Irán, al que describió como “la madre del terrorismo global”. Katz afirmó que Guterres será recordado como “una mancha en la historia de la ONU”.
Por su parte, Antonio Guterres ha hecho reiterados llamados a un alto el fuego en los combates entre Israel y las milicias de Hamás en Gaza, así como en los enfrentamientos con Hezbolá en Líbano. Tras el ataque con alrededor de 200 misiles lanzado por Irán el martes, el jefe de la ONU condenó la escalada del conflicto en Medio Oriente, pero sin referirse directamente a Irán.
“Esto tiene que parar. Necesitamos urgentemente un alto el fuego”, declaró Guterres, enfatizando la urgencia de frenar la espiral de violencia en la región.
En respuesta al ataque iraní, Israel bombardeó este miércoles el sur de Beirut, bastión del grupo proiraní Hezbolá. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el ataque de Irán como “un grave error” y prometió represalias, asegurando que Teherán “pagará” por la agresión, que según él, tenía como objetivo causar miles de víctimas civiles.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor iraní, el general Mohamad Baqeri, advirtió que si Israel responde, Irán lanzará una ofensiva aún más intensa y bombardeará “todas las infraestructuras” israelíes. En el ataque del martes, conocido como “Promesa Honesta 2”, Irán utilizó misiles hipersónicos por primera vez, logrando, según Teherán, que el 90% de los misiles alcanzaran su objetivo.
Aunque el ataque dejó solo dos heridos leves en Israel, las tensiones siguen aumentando en la región, mientras los llamados internacionales a la desescalada han sido ignorados por ambas partes.