Leo Zuckerman y sus minutos de opinar, comentó que por más que el presidente Andrés Manuel López Obrador quiera minimizar los efectos del paro en el Poder Judicial de la Federación. Con toda franqueza, dice Zuckerman de que hasta va a ayudar a que, si no están los jueces, no están magistrados, no están ministros en activo, tenemos, cuando menos, la garantía de que no van a dejar libres a delincuentes del crimen organizado; y como no van a estar trabajando los juzgados, tampoco va a haber libertad para delincuentes de cuello blanco”, la realidad es que esta huelga está abollando el final de su sexenio. Para empezar, se detiene la justicia federal, que es la última instancia jurisdiccional en el país. Por tanto, no se podrán interpretar las leyes, resolver las controversias que surjan entre particulares en asuntos de competencia federal, evitar que una autoridad viole los derechos humanos y/o arbitrar conflictos entre autoridades. Las protestas sociales —y esto lo sabe muy bien AMLO, que es experto en la materia— trasmiten la idea de desorden en el país. Se percibe descontento, independientemente de si las causas de la movilización sean justas o no. En las ciudades, sobre todo en la capital, se bloquean vías principales.