En un contexto marcado por una profunda crisis política, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que las festividades navideñas comenzarán oficialmente el 1 de octubre. Esta medida fue revelada en medio de la orden de arresto emitida por la Fiscalía contra Edmundo González Urrutia, candidato opositor, acusado de delitos relacionados con el terrorismo.
Durante su programa de televisión, Maduro expresó: “Es septiembre y ya huele a Navidad. Y por eso este año, en homenaje a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre”. Esta decisión se produce pocos días después de un apagón masivo que afectó al 80% del país, el cual el gobierno atribuyó a un supuesto sabotaje orquestado por sus adversarios desde el extranjero.
Maduro defendió la respuesta del gobierno ante el apagón, declarando que a pesar del “ataque criminal eléctrico” que intentó frenar la economía, la nación logró recuperarse rápidamente gracias al apoyo de la clase obrera y la “unión cívico-militar-policial”. Enfatizó que, a pesar de los esfuerzos de los opositores, la paz se ha mantenido en el país.
El adelanto de las celebraciones navideñas no es una novedad en la gestión de Maduro. En años anteriores, el gobierno ha decretado el inicio de la Navidad en octubre, coincidiendo con momentos de tensión política. Esta medida también suele acompañarse de la intensificación de la distribución de ayudas y alimentos a las comunidades más necesitadas, a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
El anuncio de este año llega en un momento especialmente delicado, con la oposición denunciando irregularidades en los resultados de las elecciones de julio, y con la toma de posesión de Maduro para un tercer mandato programada para el 10 de enero. La oposición, encabezada por figuras como María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, ha rechazado los resultados electorales, afirmando que no reflejan la verdadera voluntad del pueblo venezolano.