El expresidente estadounidense y candidato republicano, Donald Trump, celebró con una seguridad reforzada su primer mitin al aire libre desde su intento de asesinato del pasado julio.
El escenario elegido fue la ciudad de Asheboro, concretamente el Museo de la Aviación en Carolina del Norte, donde Trump estuvo protegido por láminas de cristales antibalas.
Se colocaron contenedores de almacenamiento alrededor del perímetro para crear obstáculos adicionales y bloquear las líneas de visión. Se colocaron francotiradores en los tejados, donde había aviones viejos detrás del podio y una gran bandera estadounidense colgaba de grúas.
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Pese a las medidas extra de seguridad, en un momento de su intervención abandonó levemente ese espacio protegido para ir a abrazar a una mujer del público que se había sentido indispuesta.
El acto estuvo centrado en la seguridad nacional y lo aprovechó para alegar que Estados Unidos era más fuerte bajo su mandato y para subrayar que guerras como la de Ucrania no habrían sucedido de seguir él en el poder: «Mi actitud nos mantenía fuera de las guerras. Yo paraba guerras con llamadas de teléfono», dijo.
Trump repitió su denuncia de que el actual presidente, Joe Biden, y la vicepresidenta, Kamala Harris, están llevando a Estados Unidos «al precipicio de la III Guerra Mundial«.
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Él, según afirmó, devolverá la paz al mundo. El exmandatario también incidió en la promesa de erigir en Estados Unidos una Cúpula de Hierro como la israelí. «Ayudamos a Israel y otros países.
Ronald Reagan la quiso hace muchos años. Tenía razón, pero entonces no teníamos la tecnología adecuada. Hoy contamos con una tecnología increíble. Otros países la tienen y este país debería tenerla», sostuvo.