En el condado sureño de Galati, Rumanía, la falta de lluvia durante tres meses consecutivos ha llevado al lago Talabasca al borde de la desaparición. Los residentes locales han expresado su profunda preocupación ante esta situación alarmante, lamentando la ausencia prolongada de precipitaciones.
Un habitante de la zona advierte: «Es muy grave lo que está sucediendo, si nadie toma medidas, este país se convertirá en un desierto muy pronto». Esta declaración refleja el temor generalizado entre la población ante la creciente desertificación.
La crisis agrícola también ha golpeado duramente a Rumanía. Se esperan pérdidas significativas en las cosechas de maíz y girasol, lo que ha llevado al ministro de Agricultura a ofrecer compensaciones a los agricultores afectados.
Una crisis que se solapa con la anterior
Esta nueva crisis se suma a la ya vivida en julio, cuando los habitantes de varias regiones de Rumanía enfrentaron una grave escasez de agua. En ese momento, se implementó un sistema de racionamiento debido a la sequía prolongada y la escasa precipitación.
Los residentes de al menos seis condados rumanos, incluyendo Constanța, Alba, Dolj, Iași, Prahova y Gorj, recibieron raciones de agua para sobrevivir. Los especialistas informaron que el consumo de agua se triplicó durante el período de calor, superando la capacidad de los tanques de almacenamiento.
La situación actual pone de manifiesto la urgente necesidad de implementar medidas de adaptación al cambio climático y de gestión sostenible de los recursos hídricos en Rumanía. Las autoridades y la población enfrentan el desafío de encontrar soluciones a largo plazo para mitigar los efectos de futuras sequías y proteger tanto la agricultura como el suministro de agua potable.
TE PUEDE INTERESAR: