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Nunca lo sabremos: Juan María Naveja

Publicado por
José Cárdenas

Juan María Naveja

 

 

¿Al final de su gobierno cuánto le habrá costado López Obrador al país por decisiones erróneas, mal presupuestadas y/o mal administradas; equivocadas o subestimadas? Más importante ¿Dónde podría estar el país? Jamás lo sabremos.
Su primera decisión causó desánimo, por decir lo menos, entre los inversionistas. Cancelar el aeropuerto internacional de la Ciudad de México lo tendremos que seguir pagando los mexicanos por lo menos por los próximos dos gobiernos. Calcular en pesos y centavos las indemnizaciones y los pagos actuales y venideros es posible, los más certeros calculan en más de 300 mil millones de pesos. Lo que no se puede medir son los costos colaterales desde las oportunidades que se perdieron para el aumento de rutas, convertirlo en centro de distribución para todo el mundo, los muy importantes recursos que iba a generar por concesiones, inversiones, plusvalías y, desde luego, los muchos impuestos que le estarían llegando al erario, entre otros factores.
Tal como está sucediendo en estas fechas con la amenaza de despedazar el Poder Judicial, en aquel tiempo los inversionistas nacionales y extranjeros frenaron proyectos, la incertidumbre hacía difícil dimensionar el impacto; ahora se tiene que considerar que el nearshoring es una oportunidad real que también se le puede ir a México.
La decisión fue la ampliación y remodelación de la base militar de Santa Lucía. En un principio se habló de 75 mil millones de pesos, al final ya se estimaba en casi 120 mil millones, esto sin contar lo que hasta la fecha cuesta el subsidio mensual que recibe porque no es autofinanciable.
En este sector hay que apuntar Mexicana de Aviación que ha sido un verdadero fracaso y una coladera.
Entre burlas y carcajadas López Obrador aseguró que Dos Bocas costaría ocho mil millones de dólares, “y en una de esas menos”, dijo al descalificar a los especialistas. Hoy con cifras del agrónomo de Pemex anda por arriba de los 16 mil millones, pero los que sí saben advierten que cuando esté terminada la refinería se habrán gastado unos 26 mil millones de dólares.
El tren transístmico, que ha tenido buena aceptación, también se inscribe en los sobrecostos, con datos de la paraestatal Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, el diario Reforma reveló que solo en la rehabilitación de vías ferroviarias ya se gastó el doble, pasó de 8 mil 657 millones a 16 mil 630 millones, pero sin saber el costo final porque la obra se supone se terminará a finales del próximo año.
El Tren Maya entró al corredor imposible de calcular, ya rebasa en tres veces lo presupuestado con más 515 mil millones de pesos, pero se debe agregar lo que viene costando la serie de fallas y descarrilamientos. Además, ya se sabe que no será autofinanciable en muchos años, tantos que ni siquiera se pueden estimar.
Pero lo dicho, en obras y proyectos se pueden hacer cálculos, es más difícil hacerlo con el sector salud porque se trata de vidas perdidas, tiempo de los trabajadores y empresas, las consecuencias por tener más de 50 millones sin seguridad de la salud, medicinas caducas y muchos otros factores.
Igual de imposible hacerlo en materia de seguridad, instituciones, empresas y personas físicas deben destinar grandes cantidades de dinero para la protección que debería garantizar el estado. Ilícitos como la extorsión o el cobro de piso se registran en todo el país.
Educación, abandono del campo, gastos inútiles y SOBRE TODO la CORRUPCIÓN. El de López Obrador pasará a la historia como el campeón en la materia, bastaría con Segalmex o el 80 por ciento de contratos por asignación directa para superar a los anteriores, pero no se limita a eso, los familiares, amigos y colaboradores hicieron su parte y eso es incuantificable.
Por eso, NUNCA vamos a saber lo que costó el gobierno que termina en escasos 50 días y menos lo que seríamos si hubiera sido un buen gobierno.

 

 

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José Cárdenas