Sobre la marcha
Las redes sociales han suplido a muchos canales convencionales de comunicación, por ejemplo, los gobiernos informan a través de las “benditas redes”, en cadenas de Whatsapp las dependencias difunden invitaciones o emiten sus boletines para la prensa.
Sin embargo, lo que en internet se difunde debería ser corroborado, idealmente, por todo mundo, pero si los ciudadanos digitales compran lo que se publica y sube a esas líneas de tiempo, ni hablar.
Los cibernautas, como el pueblo de la aldea digital, no se equivocan. Aunque lo hagan.
¿Quién podrá ayudarnos? Para eso quedan los medios profesionales de información y comunicación, los mismos que son fustigados por quien, desde el poder, desea que poco o nada que se verifique para que no sea la perorata oficial y oficiosa la que impere, sino los datos consolidados sobre tal o cual hecho, obra o cifra.
Si para la información cotidiana es mejor revisar fuentes y cuentas oficiales, para la diplomacia y relaciones exteriores de la nación cuanto más.
El fin de semana ocurrieron muchos hechos trascendentes: el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se bajó de la candidatura demócrata.
Asesinaron en el Estado de México a la mano derecha de Omar García Harfuch, cuando fue secretario de Seguridad Ciudadana en la capital. Y en Chiapas, los criminales mantienen cercadas zonas con comunidades secuestradas a quienes cortan agua y energía; territorios sin Ley ni amparo de ningún gobierno. Transformador o no.
Un hecho más nació durante un mitin de Donald Trump. Acto de proselitismo, llenos como son, de arengas y encendidos discursos. Para dar contexto, le recomiendo la nota de mi colega Melissa Rodríguez Manilla (https://wradio.com.mx/2024/07/21/donald-trump-insulta-a-marcelo-ebrard-durante-mitin-politico/) en la cual se explica cómo un audio del candidato republicano, editado y sin contexto, provocó que nuestro ex Canciller y próximo Secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el presidente López Obrador y hasta la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, subieran a sus respectivas redes sociales, posicionamientos en defensa de la inteligencia de Ebrard y soberanía de México.
Preocupante que nadie de sus equipos hubiera sido capaz de darles una narrativa integral para entender que el supuesto raspón a Marcelo Ebrard y su coeficiente intelectual, no era tal, que Trump hablaba de Joe Biden.
El empresario que busca volver a la Casa Blanca presumía con vulgaridad cómo había forzado al gobierno -no al pueblo- de México a proporcionarle 29 mil efectivos militares en la frontera para impedir el flujo de migrantes centroamericanos a su territorio. Hecho que explicaciones más, anécdotas menos, ocurrió. Ocurre.
En todo caso, nuestros gobernantes pudieron, si es que acaso valía la pena, encender la flema patriótica y rebatir lo que Trump presumía ante sus simpatizantes.
Pero no fue ese el anzuelo mordido, fueron enredados porque creyeron que hablaba del IQ de uno de los nuestros.
En un mundo lleno de fake news la comunicación social del gobierno debe atender mínimos de rigor, aunque sea periodístico.
Periodista, director de Emisoras Habladas en Radiópolis.