Diego Fernández de Cevallos, en su bitácora de la resistencia, comentó que desde que se nace como nación, en 1821, hasta hoy en día se vive en desunión, la pugnacidad y violencia fratricida. Eso ha llevado en 1948 a perder más de la mitad del territorio nacional y sometidos a los yanquis. La vida pública ha estado saturada de mentiras, abusos y traiciones, esto provoca da división entre buenos y malos, en patriotas y traidores. A dos siglos de vida como nación no se es capaz de encontrar el camino de la concordia, unidad, diversidad, esfuerzo solidario; atrapados entre nosotros mismos condenados por el ADN.