Vienen años muy difíciles para la economía nacional, el gobierno entrante heredará una carga sumamente difícil de manejar, contará con recursos limitados y pendientes que exigen inversiones considerables en áreas estratégicas y de inmediata atención.
La deuda cercana a los 17 billones de pesos, la carga que representan Pemex y la CFE, el grave atraso en inseguridad, salud, educación, campo, infraestructura y la necesidad de ponerse al día en energías no se resuelven con los ingresos que actualmente recibe el gobierno.
La virtual presidenta electa ha dicho que no impulsará una reforma fiscal, aunque desde hace mucho parece ineludible, confía en que una sacudida a las aduanas podría aumentar los ingresos en forma considerable, pero no será de la noche a la mañana y los compromisos con los acreedores son inmediatos.
Los grandes contribuyentes se quejan, dicen que el actual gobierno los ha presionado en exceso, los fondos para la contingencia fueron exprimidos al máximo y las eventualidades seguirán.
La creación de empleos está frenada, solo entre mayo y junio se perdieron más 50 mil plazas, todavía no se recuperan las más de 300 mil de diciembre pasado.
¿Y los ricos? ¿Los muy ricos? En la incertidumbre, no parecen decididos a invertir si continúan viendo al gobierno más interesado en regalar el dinero que en sentar las bases para estimular el desarrollo, tanto los nacionales como los extranjeros se siguen limitando a reinvertir utilidades porque el clima de inseguridad, la infraestructura y la generación de energía hacen muy caro el desarrollo de nuevos proyectos.
Las pequeñas y medianas empresas viven en el surealismo, tienen oportunidades de trabajo, pero no hay mano de obra disponible, en todos los sectores productivos la queja es la misma, la gente no quiere trabajar, la rotación de personal es terrible.
Hay quienes sostienen que el dinero gratis está produciendo una nueva generación que prefiere sobrevivir con lo que recibe, sobre todo en algunas familias que se llevan 15 ó 20 mil pesos mensuales de subsidios, y no, no es exagerado, hay familias que reciben apoyos de los tres niveles de gobierno o por diversas causas.
En puerta está el anuncio de la pensión que Claudia Sheinbaum confirmó para un millón de mujeres de más de 60 años de edad, si ya era complicada la carga el año próximo lo será aún más.
Ya veremos si la transformación no se traduce en una nueva generación que ya no quiere trabajar.
AL MARGEN
Andrés Manuel López Obrador sigue empeñado en poner en duda la independencia de la virtual presidenta electa. La designación de algunos personajes totalmente ligados con el presidente se añadió la imprudencia de sugerir la ratificación de tres funcionarios del sector salud.
Como se esperaba, Claudia Sheinbaum justificó la recomendación, pero no cabe duda que el proceder del mandatario lo único que hace es generar una mayor especulación, lo que se observa es la injerencia directa en las atribuciones de quien se supone lo sucederá.
Pero no hay sorpresa, después del 2 de junio el país ha sido testigo de la invasión de funciones tanto del presidente como de su secretaria de gobernación en las responsabilidades de los órganios electorales.
