La circulación de los trenes de alta velocidad (TGV) en Francia ha mejorado este sábado, después de que el viernes 100 mil de las 250 mil que tenían previsto utilizarlos se vieran impedidos por las cancelaciones a causa de un sabotaje en tres de los cuatro grandes corredores ferroviarios.
«La situación ha mejorado hoy», ha subrayado el ministro de Transportes, Patrice Vergriete, que en una declaración a la prensa desde la célula de crisis encargada del seguimiento ha explicado que «la vuelta completa a la normalidad está previsto para el lunes».
Sobre la investigación, el ministro ha reconocido que «no hay elementos nuevos» y ha precisado que hay «una cincuentena de investigadores» trabajando con el objetivo de «encontrar rápidamente a los culpables y poder sancionarles».
El sabotaje consistió en el incendio de tres equipamientos de señalización en tres puntos estratégicos de tres de los grandes corredores de TGV, el del Norte, el del Este y el del Atlántico.
También hubo una tentativa en el cuarto corredor, el del Sureste (las líneas que van de París a Lyon, Marsella o Barcelona) pero unos empleados sorprendieron a un grupo de individuos que huyeron en una camioneta cuando trataban de quemar otra instalación del mismo tipo.
Esos ataques obligaron a cancelar 200 de los 750 trenes de alta velocidad que estaban programados el viernes en Francia, con lo que sólo 150 mil de los 250 mil pasajeros con billete pudieron realizar sus viajes.
Como ya se han reparado las instalaciones deterioradas en el corredor Este (el que va de París en dirección de Luxemburgo y Estrasburgo) por allí los trenes circulan este sábado con normalidad desde las 6.30 (04.30 GMT) de la mañana.
En el eje Norte (de París en dirección de Lille, Londres, Bruselas, Países Bajos y el norte de Alemania), funcionan el 70 por ciento de los convoyes, frente a un tercio el viernes, pero con entre una y dos horas de retraso porque se tienen que desviar por la vía convencional, y por tanto a menor velocidad.
En el eje del Atlántico (las líneas de París a Bretaña y a destinos del suroeste, como Burdeos, Toulouse o el País Vasco) igualmente funcionan un 70 por ciento de los trenes y también con entre una y dos horas de retraso por las mismas razones.
Para tratar de impedir que se repitan los ataques, se ha reforzado la vigilancia de las vías con un millar de empleados de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), pero también con 250 agentes de seguridad, con 50 drones y con helicópteros de Gendarmería.
«El objetivo evidentemente -ha indicado Vergriete- es evitar una nueva operación de sabotaje, sobre todo allí donde fracasaron, en la línea hacia el Sureste».
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