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Somos el meteorito: Rodrigo Navarro

Publicado por
José Cárdenas

Rodrigo Navarro

 

 

El pasado 5 de junio el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres declaró, que los humanos representan el mismo peligro para el planeta que el meteorito que exterminó a los dinosaurios. “En materia de clima no somos los dinosaurios (especie que desaparecerá), no estamos en peligro, somos el peligro. Somos el meteorito.”

También pidió aplicar las medidas que se han venido solicitando a los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (en especial petróleo, gas y carbón), que por cierto, los últimos doce meses aumentaron en lugar de disminuir, “esto quiere decir que las medidas tomadas no tienen efecto”. Si no aplicamos efectivamente estas medidas en los próximos 18 meses, vamos a vivir un infierno climático, peor del que estamos sufriendo. Jugamos a la ruleta rusa y no hacemos nada.

La Organización Meteorológica Mundial, en la misma reunión sobre el efecto de combustibles fósiles, estos que el gobierno de nuestro país insiste son nuestro futuro, declaró que llegaremos a 1.5°C de aumento de la temperatura media en cinco años, encima de las temperaturas preindustriales.

Las temperaturas récord se suceden día a día esta primavera: 53° en Pakistán, 50° en Australia, 49° en India y 47° en México (en un antes fresco Michoacán). Estos últimos 12 meses se han establecido temperaturas medias récord de temperatura en el planeta según el observatorio para el clima europeo, Copernicus.

Aumentan las temperaturas terrestres y marinas, el 75% de la superficie del planeta, el mar absorbe la mayor cantidad de calor. El océano Atlántico está que hierve. Esto ha causado aumento de la temperatura del mar Caribe. Florida y Bahamas están en 32.3°C. Esto causará un gran fenómeno de blanqueamiento en los corales, aumento en el arribo de Sargazo y muerte de muchas especies marina. El aumento de solamente 1.1°C de la temperatura marina puede causar que un huracán se convierta de huracán 4, a un tres veces más destructivo huracán categoría 5. Este año la NOAA ha emitido el peor pronóstico de huracanes que se tenga memoria.

Y a pesar de las lluvias, sigue la sequía en nuestro país. Las tres grandes presas que almacena el agua del sistema Cutzamala: Valle de bravo, Villa Victoria y El Bosque, están por debajo del 30% de su capacidad.

Estos 20 años de escritos en favor de la conservación del medio ambiente natural pasó de escribir sobre las maravillas que descubría en la naturaleza, a escribir las esquelas de estas mismas maravillas. ¿Hemos mejorado en realidad nuestra calidad de vida?

Esta misma pregunta se la hace la bióloga marina Andrea Saenz-Arrollo, en su libro Un Mar de Esperanza, escrito gracias a una beca de la fundación Pew para la conservación marina en 2021 y publicado en 2022. Fui invitado a la presentación de su libro aquí en la isla, su hogar de residencia en la infancia y adolescencia temprana.

Nunca se debe dejar en manos del gobierno algo constituido por los ciudadanos, nos dice cuando platica el proceso de realización del programa de manejo del ANP en Loreto BCS. Algo parecido sucedió con el POEL en Cozumel en 2008. El más participativo y mejor representado por los amplios sectores de la sociedad y que los gobernadores, presidentes municipales en complicidad con sus directores de ecología, han corrompido hasta convertirlo en un traje a la medida de los proyectos inmobiliarios.

¿Todas las sociedades que prosperan basan su desarrollo en acabar con la naturaleza? ¿Hay sociedades capaces de cuidar todos lo beneficios que recibimos de los ecosistemas naturales al mismo tiempo que prosperan?

En el mundo antiguo los viajeros lo hacían por encontrar productos escasos y anhelados como el oro o la pimienta, en esta era global viajé por el mundo en busca de esperanza, este elemento tan escaso y tan demandado por nuestras sociedades contemporáneas. No solo hemos destruido nuestro entorno, en este proceso perdimos la conexión con la vida y la naturaleza. Muchas personas cuidan más sus autos que el agua. Nos preocupamos más por el PIB que por la calidad del aire que respiramos. Nuestro intelecto nos ha convertido en una fuerza capaz de extinguir especies.

Hemos reducido los recursos de los que depende nuestro bien estar, el agua, la tierra el aire, hemos afectado la capacidad de

la atmósfera de regular el clima y la protección que los arrecifes daban a las comunidades costeras como la nuestra.

La ciencia nos ha permitido destruir la vida en la Tierra, ¿será la ciencia capaz de restaurarla? La autora dice que si, y para ello da ejemplos de sociedades sustentables en Baja California, Galicia, Islandia, el norte de Dinamarca, Fiyi y la costa de California, USA.

La vida no sucumbirá. Lo que esta en riesgo es la sobrevivencia de nuestra propia especie y las que nos llevaremos de corbata. La Tierra se ha repuesto de cinco extinciones masivas creando soluciones cada vez más creativas. La última le dio chance a los mamíferos y a nuestra propia especie. Hay que evitar caer en la trampa de la degradación y la pobreza, sobre todo de espíritu advertía en los 90 del siglo anterior el Capitán Cousteau. Hay que aprovechar las oportunidades para diseñar un futuro con mayor claridad.

A diferencia de las demás especies que no lograron sobrevivir, nosotros dejaremos una crónica de las decisiones que tomamos y que nos conducirán a nuestro destino final. Las personas que ayudaron a construir las historias contenidas en este libro, comprenden el progreso de una manera diferente a la destrucción de la naturaleza.

Este librito es una bocanada de aire fresco ante la crisis ambiental que vivimos.

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José Cárdenas