Acorralados al borde de la eliminación, los Dallas Mavericks firmaron una de las mayores palizas de la historia de las Finales de la NBA al vencer 122-84 a los Boston Celtics y acercarse 3-1 en el global.
Luka Dončić se echó a los Mavericks a la espalda con una exhibición de 29 puntos en 33 minutos y se permitió descansar todo el último cuarto en el American Airlines Center de Dallas.
Los Celtics, que llevaban 10 partidos invictos, firmaron su peor actuación ofensiva de la temporada pero aún disponen de una ventaja que ningún equipo ha desperdiciado en la historia.
El equipo verde tendrá otra oportunidad de proclamarse campeón, por primera vez desde 2008, en el quinto partido del lunes frente a su público.
Ninguno de los 156 equipos que estuvieron 3-0 abajo en playoffs logró remontar la eliminatoria, incluidas 14 ocasiones en Finales, pero Doncic y sus Mavericks no renuncian a creer en un milagro.
«Sabemos lo difícil que es jugar allí pero tenemos que estar enfocados y jugar igual que hicimos hoy», demandó el esloveno.
La superioridad del viernes de los Mavericks llegó al punto de que el técnico de Boston, Joe Mazzulla, tiró la toalla al retirar a sus titulares a falta de tres minutos para el final del tercer cuarto.
Los locales no bajaron el pie del acelerador en el último periodo. Los 38 puntos de ventaja finales son la tercera mayor diferencia en un partido de Finales.
Boston, que sólo bajó de los 100 puntos en cuatro de sus 99 partidos anteriores este curso, vivió un auténtico colapso ofensivo quedándose en unos ínfimos 35 puntos en la primera mitad.
Jayson Tatum fue el máximo anotador del equipo con apenas 15 puntos, mientras Jaylen Brown y Jrue Holiday se quedaron en 10 cada uno.
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