Honduras anunció la noche del viernes la construcción de una megacárcel para 20 mil reos, entre más de una docena de medidas, al declarar «emergencia en materia de seguridad» para combatir la agobiante criminalidad.
En cadena nacional de radio y televisión, la presidenta Xiomara Castro y los demás miembros del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS) dieron a conocer el «plan de solución contra el crimen», ante los reclamos ciudadanos por el auge de la violencia.
«En virtud de esta situación de emergencia declarada en materia de seguridad se ordena construir de inmediato un Centro de Reclusión de Emergencia (CRE) con capacidad para 20 mil privados de libertad en la zona despoblada entre los departamentos de Olancho y Gracias a Dios (al este del país)», anunció el jefe de los militares, Roosevelt Hernández.
Añadió que los privados de libertad actualmente confinados en el sistema penitenciario nacional serán trasladados «de inmediato» al CRE. Unas 30 cárceles albergan unos 21 mil internos en el país centroamericano.
La construcción de la cárcel y otras de las medidas del plan se asemejan a las emprendidas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, mediante las cuales ha logrado controlar el «cáncer» de las pandillas. Al asumir su segundo mandato el pasado 1 de junio, Bukele recibió a la presidenta Castro y anteriormente a otros funcionarios del gobierno hondureño aparentemente para exponerles sus exitosos planes en materia de seguridad que pudieran ser replicados en Honduras.
El ministro de Defensa, Manuel Zelaya, anunció también que se deberá de iniciar a más tardar en dos semanas la licitación de una cárcel, que se había anunciado anteriormente para 2 mil reos, en las paradisíacas Islas del Cisne, en el Caribe.
Los militares y la policía «de forma inmediata deben planificar y ejecutar intervenciones con carácter de urgencia en todos los municipios del país identificados con mayor incidencia en crímenes de sicariato, narcotráfico, extorsiones, secuestro, tráfico de armas, asociación ilícita y lavado de activos», anunció la gobernante.
El ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, explicó que con las acciones buscan «establecer el control y recuperar el orden de los espacios físicos tomados por estructuras criminales en colonias y barrios en las zonas que representan mayor incidencia criminal». También se va a «intensificar la investigación y los operativos para la ubicación, erradicación, aseguramiento, destrucción de plantaciones de hoja de coca, marihuana y centros de procesamientos de drogas», agregó.
Por décadas Honduras, como los demás países de Centroamérica, ha sido considerado puente del paso de cocaína del los países productores en Sudamérica al mercado de Estados Unidos, pero desde 2017 las autoridades hondureñas han detectado vastas plantaciones de coca y laboratorios para procesar la cocaína.