La respuesta es sencilla. NO. NO HAY PISO PAREJO. Si no se trata de una elección de estado se le parece mucho.
Durante cinco años y más de cinco meses el presidente López Obrador se ha dedicado en todas sus apariciones públicas a denostar oponentes (¿enemigos?), criticar a Calderón y García Luna, descalificar periodistas, activistas, intelectuales, artistas y otros personajes. Y desde hace por lo menos dos años a posicionar a su movimiento y a su corcholata favorita. Sin recato ni evidencias afirma, palabras más palabras menos, es que están en contra de nuestro movimiento.
¿Acaso no es el presidente de TODOS los mexicanos? ¿La elección que lo llevó a la presidencia no fue en 2018? ¿No existe un entramado de partidos y agrupaciones políticas y sociales a las que debería escuchar y procurar?
No tengo duda que Xóchitl Gálvez es muy valiente y una gran mexicana. Muchos en su lugar y circunstancias ya hubieran tirado el arpa. Son tantos los obstáculos que no dudo que más de una noche se habrá dormido pensando en el filósofo juarense al ritmo de ¿pero qué necesidad?
Si revisamos la historia reciente, en la elección de 1976 no hubo candidato de la oposición, fue hasta 1988 que el PRI sintió competencia con el Maquío Clouthier con el aval del PAN y de la sociedad civil y Cuauhtémoc Cárdenas con una fuerza emergente. Diego Fernández de Cevallos dio una pelea formidable, a pesar de ello hubo muchos que consideraron que en la recta final perdió el ritmo que le dio el triunfo a Ernesto Zedillo.
Se necesita mucho carácter para aguantar al delincuente electoral mañanero con ataques y ofensas que López Obrador le ha endilgado con soberbia e impunidad. Las agresiones contra su familia y sus empresas y todavía salir todos los días al riesgo cotidiano de la inseguridad.
Debe ser desalentador acudir a los órganos electorales para salir con una patada en el trasero con la ofensiva respuesta de hagan una reforma política o asumir que debes echar abajo tus palabras porque el INE las consideró ofensivas después de que te dicen corrupta una y otra vez. Dicen que no hay pruebas de que Claudia sea narcocandidata ¿Si las las tienen para aceptar que Xóchitl es corrupta?
Y NO, NO HAY PISO PAREJO porque tampoco la mayoría de los medios han mantenido el equilibrio, se han sometido y hasta han buscado ser complacientes y obsequiosos con un presidente que todos los días descalifica su trabajo y a sus periodistas.
Sostengo que López Obrador no es ningún mago de la comunicación, no lo fue sin el poder ¿Ya se olvidaron del cerco mediático cuando era opositor?
Sí, ya sé aquello de perro no come carne de perro. Van un par de muestras, la gran mayoría de los medios de comunicación transmiten íntegra la mañanera en versiones de audio y video. En sus páginas y redes sociales difunden textos con lo dicho por el presidente.
Peor aún, excepción hecha del noticiero de Ciro Gómez Leyva, quien tiene a una persona dando seguimiento informativo sin colgarse de los audios de palacio, TODOS los de las frecuencias nacionales repiten una y otra vez lo que va diciendo López Obrador, a las 7, a la 1, a las 6, otra vez a las 5, 6 de la tarde y 7 de la mañana; hasta que llega la nueva mañanera. Apoyan sus entrevista recetándole al entrevistado aquello de escucha cómo lo dijo. Por si hiciera falta, la mayoría de las veces los resúmenes informativos abren con lo dicho por el presidente.
Habrán de perdonar eso no es equilibrio, parece más bien masoquismo, porque a la mañana siguiente el mandatario volverá a decir que es el más atacado de la historia, que solo se salvan unos cuántos medios y periodistas, palabras que son repetidas con la intensidad antes mencionada.
No hay piso parejo, Xóchitl ya aguantó demasiado y los medios podrían probar aquello de un día sin López Obrador para que, por lo menos, ese día se de cuenta que ha sido más que consentido.
