Se entiende «aún menos que esas formas de tortura animal sean premiadas con medallas que encima van asociadas a premios dinerarios y que, por lo tanto, se le dedica dinero público», prosiguió el ministro.
El galardón anual, creado en 2011 bajo un gobierno socialista anterior y que se otorgó por primera vez en 2013, concede 30 mil euros (32 mil dólares) al ganador.
Toreros de renombre como Julián López, «El Juli», y Enrique Ponce lo recibieron.
Las corridas de toros siguen teniendo un público apasionado en España y los principales toreros son tratados como celebridades.
Pero ya no es un espectáculo masivo. Las encuestas muestran un creciente desinterés en todo el país, especialmente entre los jóvenes.
Según las últimas cifras disponibles del Ministerio de Cultura, durante la temporada 2021-22 solo un 1.9 por ciento de los españoles asistió a una corrida de toros.
El conservador Partido Popular, principal formación opositora, prometió restablecer el premio si regresa al poder.
«La tauromaquia es una actividad que en España forma parte de nuestra cultura, de nuestras tradiciones, (…) de nuestra propia identidad como pueblo», y la supresión del premio muestra «el sectarismo de quienes nos gobiernan», criticó ante periodistas el portavoz parlamentario del PP, Miguel Tellado.
Ante la decisión, varios gobiernos regionales, incluido uno dirigido por los socialistas, anunciaron que crearán sus propios premios taurinos.
La Fundación del Toro de Lidia, una ONG que promueve las corridas de toros en España, afirmó en un comunicado que el gobierno «tiene la obligación de promover y fomentar todas las manifestaciones culturales, entre las que se encuentra la tauromaquia».
«Esta medida marca un hito en la lucha contra la tauromaquia, una practica controvertida», se congratuló de su lado la asociación de defensa de los derechos de los animales Animanaturalis.
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