Diego Fernández de Cevallos, en su bitácora de la resistencia, comentó que en los debates presidenciables quedó demostrado que un verdadero debate político debe ser solamente entre dos candidatos, sin que se excluya a ningún competidor, cuando aparece un tercer participante, sobre todo si su desempeño es malo, se pierde la esencia del debate. La dinámica de la confrontación y diciendo coloquialmente “cada loco con su tema” para frustración de la audiencia, además, se demostró que el formato del tercer debate se diseño para hacer este, chato, odioso, con obstáculos y distracciones.