Migrantes en Chihuahua, denunciaron que los operativos del Instituto Nacional de Migración (INM) se han tornado más violentos en medio de la presión de Estados Unidos por controlar los flujos migratorios.
Carlos Mesa, de Venezuela, perdió un dedo mientras huía de los agentes del INM cuando su anillo de matrimonio se atascó al saltar una cerca.
El migrante carga con un frasco de cristal donde lleva una parte de la extremidad que le amputaron en un hospital de Torreón, donde le dieron primeros auxilios y le cortaron el hueso, que quedó desnudo tras el accidente.
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Para este migrante, México es el país más peligroso de su trayecto.
El Gobierno de México ha reforzado este año los controles tras la subida del 77% en la migración irregular en 2023, cuando detectó más de 782.000 migrantes en esta situación.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, aseguró el mes pasado que los encuentros diarios de migrantes en la frontera con Estados Unidos cayeron casi un 55% de diciembre a marzo.
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Los mayores controles preocupan a migrantes como Brayan Cardona, colombiano que lleva semanas en un campamento cercano a las vías del tren en Chihuahua, donde se refugian unas 2.500 personas para evitar a los agentes de Migración.
Cardona también consideró que los operativos en México se han elevado, en particular en los ferrocarriles de carga que suelen usar los migrantes para desplazarse hacia el norte.
Y señaló que miles de personas están varadas en el campamento, en gran parte por el miedo al último tramo del recorrido, los 444 kilómetros que hay entre Chihuahua y Ciudad Juárez. EFE