Rafael Cardona, en su Cristalazo, comentó que el problema no es si la candidata Claudia Sheinbaum tiene o no corazón, el problema no es, si respondió no a los cuestionamientos, el problema es que lo que se vio en el debate exhibe a un instituto electoral de muy baja calidad. Los candidatos no tienen la obligación de hacer bien las cosas. Tiene la obligación de comportarse políticamente como convienen a sus intereses, pensando en sus electores y en sus audiencias cautivas. Ellos hablan a sus militantes, así es la política y el juego de cambios de puntos de vista en el que hay roces, insultos y no se debe de espantar por lo que se escucha. Lo que es inadmisible son los formatos limitantes que lo único que logran es que los candidatas y candidato queden enjaulados, con esto se pierde lo mejor que cada uno podría tener que es la naturalidad y por consecuencia la sinceridad de los que dicen.