Migrantes que han logrado llegar al río Bravo, frontera entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas, aseguran temer al crimen organizado luego de la masacre de 9 personas esta semana y que, según las autoridades, podría haber sido perpetrada por traficantes de personas.
Los migrantes que llegan a esta zona comentaron a EFE su temor pues, señalaron, han sido víctimas de agresiones. Ayarí Zedeño, migrante de Venezuela que viajó hasta Ciudad Juárez con su familia, dijo que incluso al estar a un lado de Estados Unidos han sido atacados.
El temor crece porque apenas en la semana las autoridades encontraron 9 cuerpos desnudos tirados en Chihuahua, en el kilómetro 37 carretera a Ciudad Juárez, una vía muy transitada a pie por los migrantes. El crimen se atribuyó a bandas de traficantes de personas.
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Zedeño dijo que existe mucha desconfianza de lo que las autoridades hacen una vez que aseguran a los migrantes, por lo que se mantienen lejos y no les piden auxilio.
Manifestó que la política migrante que ha adoptado México, de perseguir a las personas en condición de movilidad, los ha obligado a exponerse a muchos peligros, entre los que se encuentra quedar expuestos a la delincuencia organizada.
Gilberto Loya Chávez, secretario de Seguridad Pública del Estado de Chihuahua, aseguró que el control que buscan los grupos criminales sobre el tráfico de personas es tan grave que más de la mitad de los homicidios ocurridos en Juárez están relacionados con este delito.
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Además, no descartó la presencia del grupo criminal venezolano ‘Tren de Aragua’, lo que estaría generando la pelea por el tráfico de migrantes en la región. Julio Okendo, otro migrante de Venezuela, dijo a EFE que entre los peligros que implica la ruta, el crimen organizado es el mayor.
Agregó que México ha sido lo más difícil de la ruta ya que no les venden boletos de autobús, lo que implica mucho sufrimiento y días enteros caminando a expensas de los delincuentes.
En algún momento Okendo también logró ingresar a Estados Unidos pero ante la falta de presencia de autoridades de migración de Estados Unidos, la Guardia Nacional de Texas los obligó a regresar a la orilla del río Bravo. EFE