El primer ministro israelí Benjamin Netayanhu afirmó que los llamados de otros gobiernos no impedirán que Israel lance una ofensiva en Rafah, sur de Gaza, donde se hacinan más de 1,5 millones de palestinos.
«Ninguna presión internacional impedirá que alcancemos todos los objetivos de nuestra guerra» contra el movimiento terrorista palestino Hamas, declaró según un comunicado de su gabinete. «Actuaremos en Rafah, tomará algunas semanas, pero ocurrirá», agregó.
«¿Es tan corta su memoria? ¿Olvidaron tan rápidamente el 7 de octubre, la masacre de judíos más horrible desde el Holocausto? ¿Se apresuran a negar a Israel el derecho a defenderse contra los monstruos de Hamas?».
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Sus declaraciones se producen antes de una reunión del gabinete de seguridad para fijar las condiciones israelíes en las negociaciones con Hamas con miras a una tregua de seis semanas y un intercambio de rehenes por presos palestinos.
Netanyahu también tiene previsto reunirse con el canciller alemán Olaf Scholz, quien como otros líderes ha advertido sobre las consecuencias que supondría una invasión terrestre en Rafah.
Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden, aliado de Israel, sostuvo que, sin un plan para evacuar a los civiles, una invasión de Rafah supondría cruzar una «línea roja».
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La oficina de Netanyahu anunció que el dirigente había aprobado los «planes de acción» del ejército para una operación en esa localidad fronteriza con Egipto.
Israel busca eliminar «los últimos batallones de Hamás» en esa ciudad del extremo sur de Gaza, donde llegaron miles de desplazados huyendo de los bombardeos en el estrecho y asediado territorio.