Su estilo estaba marcado por la elegancia y combinación poco convencional de sus prendas y accesorios. «Más es más y menos es aburrido» es la frase que fue su mantra en la moda.
La influencer neoyorkina que cobró notoriedad en el espectro digital a los 80 años y se llamaba a sí misma “estrella geriátrica”, murió en su casa de Palm Beach, Florida.
Su legado tomó mayor relevancia después del estreno en el Festival de Cine de Nueva York del documental «Iris» que dirigió Albert Maysles en 2014.
La compañía distribuidora Magnolia Pictures adquirió los derechos de distribución para proyectarla en los complejos cinematográficos de Estados Unidos. En octubre de 2015, el documental es agregado al catálogo de Netflix.
Originaria de Queens, Nueva York, su gusto por la moda y el diseño de interiores le viene de familia, su padre Samuel Barrel, era dueño de una tienda de espejos y cristales, su madre, Sadye Barrel, nacida en Rusia, tenía una boutique de moda.
Desde la década de los 50 se dedicó al diseño de interiores, con clientes exclusivos como la actriz Greta Garbo.
Se casó en 1947 el empresario textil Carl Apfel, juntos crearon la empresa de telas y diseño de interiores Old World Weavers, con la que lograron trabajar en la Casa Blanca en diseño y restauración de diversos espacios en los periodos de los presidentes Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan y Clinton.
La firma cerró a principios de los 90, pero ella siguió relacionándose con el mundo de la moda, como consultora y después como creativa. Cuando incursionó en el mundo de la moda, diseñaba y comercializaba extravagantes prendas.
En 2005, el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York montó la exposición “Rara Avis: Selecciones de la colección Iris Apfel”, con prendas y accesorios del guardarropa de Iris, varias de ellas creadas por ella misma.
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