Nadie sabe si las cosas son como en verdad fueron o simplemente son como las recordamos o las contamos, pero a veces los hechos superan en elocuencia a la percepción y en los días corrientes, ésta vive dominada por la presencia del presidente de la República como eje, blanco, propósito y referencia constante.
La campaña es independientemente de suspicacias o chistes facilones, un “menage a trois”, como dicen en Francia. El presidente de la República siempre ha sido un factor electoral. Hoy es un actor y pasa más tiempo en sus homilías dedicado a la candidata opositora, con lo cual le ayuda a Claudia S. a llevar el fardo de una campaña en la cual no tiene muchas cosas por ofrecer, puede quien ofrece la continuidad, la extensión, la prolongación o el, segundo piso, sólo propone un magno refrito, con todas las deficiencias y los aciertos de la corriente política cuya sombra, como una enorme ceiba, la cobija. Esa ceiba tiene nombre y apellidos.
En ese elemento histórico estriba la diferencia: la campaña de Claudia S., no es la promoción de un partido ni el intento persuasivo de su persona o sus capacidades. Es nada más la oferta de sostener el timón con un rumbo ya dispuesto.
Es la cuarta campaña –por interpósita persona– de un hombre bajo cuyo dominio se encuentran el partido, la jefatura del Estado, el Ejército, el Ejecutivo de la república, el control del Poder Legislativo (al menos en San Lázaro), las decisiones de sus aliados y —si sus reformas pasan como se ha comprometido la sucesora—el Poder Judicial.
Quienes acusan en estos elementos la definición de dictadura, se topan con otra de mayor amplitud: la dictadura de partido. Si Lenin dijo, todo el poder a los soviets; Andrés Manuel ha dicho todo el poder a la IV-T. Un ejemplo de esta “trans sexenalización” del poder, está en la forma como se ha desarrollado “la guerra de las refinerías”.
La candidata Xóchitl, como un ciempiés, pisa al mismo tiempo varios callos. Los del gobierno de Nuevo León y también los del presidente con su doctrina de la autosuficiencia energética, sueño guajiro no alcanzado hasta ahora. Y como dijo Don Teofilito. Pero mientras él vislumbra la operación de “Dos Bocas”, Gálvez ofrece clausurar plantas como la de Tamaulipas (Madero), cuya edad ya supera los cien años, cuando era propiedad de “El Águila”.
(El sol de México).- Monterrey, NL.- Xóchitl Gálvez, candidata de la alianza Fuerza y Corazón por México (PAN-PRI-PRD), anunció que, de llegar a la Presidencia de la República, ordenará en los primeros seis meses de su gobierno el cierre inmediato y definitivo de las refinerías de Cadereyta, Nuevo León, y de Ciudad Madero, en Tamaulipas.
“La abanderada presidencial del bloque opositor también señaló que, de ganar la elección del 2 de junio, impulsará una nueva empresa estatal que se denomine “Enmex, Energías Mexicanas”, ya que “Pemex, al igual que todas las empresas petroleras del mundo, tendrá que transformarse y modernizarse”.
A esta audacia contrarrevolucionaria (derribar el tótem petrolero con Tata Lázaro en la cima) no responde Claudias S.; contesta fúrico el presidente de la República con un desplante transexenal de aquellos: no se va a cerra ninguna refinería. Sólo le faltó decir, ni ahora ni nunca.
“…yo creo que para cuando mucho abril, el mes próximo, finales de este mes, el mes próximo, y (Dos Bocas) va a producir el 20 por ciento de las gasolinas que necesitamos. Y se hizo en tiempo récord y también con un precio récord, en plena epidemia, pandemia. Y vamos a estar muy cerca, en septiembre, de la autosuficiencia. Y gracias a ese plan de refinerías no se aumenta el precio de las gasolinas.
Todo este alegato no defiende al gobierno: defiende la ideología personal del presidente. Y esa se convierte en la ideología del futuro régimen.
Es un dogma, pero también es un instructivo.
Rafael Cardona