La «libertad garantizada» de abortar entró en la Constitución francesa, tras una histórica votación que convirtió a Francia en el primer país en blindar esta práctica y que busca enviar un mensaje al mundo tras varios reveses.
Con 780 votos a favor, por encima de los 512 requeridos, los legisladores adoptaron esta reforma constitucional durante un Congreso extraordinario de ambas cámaras en el Palacio de Versalles, al oeste de París.
«Digo a todas las mujeres, dentro de nuestras fronteras y más allá, que la era de un mundo de esperanza comienza», aseguró el centro-derechista primer ministro Gabriel Attal, tras subrayar que esta práctica «sigue en peligro» en el mundo, «a merced de aquellos que deciden».
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La ceremonia final de inscripción del aborto en la Constitución tendrá lugar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, anunció el presidente Emmanuel Macron, que celebró «un orgullo francés, mensaje universal».
Casi medio siglo después de su despenalización en Francia, existe un amplio apoyo social en el país europeo, pero la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022 de dejar de reconocerlo como un derecho a nivel federal activó las alarmas.
Meses después de este retroceso estadounidense, la oposición de izquierda y el oficialismo en Francia comenzaron un largo proceso legislativo, que culminó este lunes con una gran mayoría.
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Antes que Francia, Chile ya intentó introducir el derecho para las mujeres a «una interrupción voluntaria del embarazo» en su proyecto de nueva Constitución en 2022, que los chilenos rechazaron en referendo.
En el lado opuesto, algunos países la prohíben implícitamente en su Constitución al defender el derecho a la vida desde la concepción, como en el caso de República Dominicana, Filipinas, Madagascar, Honduras y El Salvador.