Tras el éxito aplastante de ‘Reservoir Dogs’ (1992), la ópera prima de Quentin Tarantino, la productora TriStar le ofreció 900.000 dólares para que escribiera el guion de su próximo proyecto. El director de Knoxville se trasladó a un pequeño apartamento en el Barrio Rojo de Ámsterdam, capital de Países Bajos, donde comenzó a desarrollar una historia en tres episodios que reutilizaría elementos de las novelas negras de los años 30.
El film se estrenó durante el Festival de Cannes del año 94 bajo el título ‘Pulp Fiction’ (1994), siendo la película que alzó a Tarantino a los altares del séptimo arte. El filme sigue los pasos de dos gánsteres, magistralmente interpretados por Samuel L. Jackson y un John Travolta al que Tarantino rescató del ostracismo cinematográfico para devolverle el prestigio que había tenido durante los últimos compases de la década de los 70. Ambos, trabajan para el mafioso Marsellus Wallace, rol interpretado por Ving Rhames, quien les encarga recuperar un misterioso maletín.
En el segundo capítulo del filme, titulado ‘Vincent Vega y la esposa de Marsellus Wallace’, el personaje de John Travolta es elegido por su jefe para llevar a cenar a su mujer, Mia Wallace, a quien da vida Uma Thurman. El extraño encuentro entre ambos personajes acaba con una sobredosis de Mia Wallace tras haber esnifado heroína, lo que pone en una situación muy delicada a Vincent Vega. Por ese motivo, Vince trata de salvarle la vida a la mujer de su jefe llevándola a casa de un camello para que le aplique una inyección de adrenalina que le haga salir del paro cardiorrespiratorio. La impresionante escena quedó grabada en la retina de los espectadores una vez llegada a su culmen, donde John Travolta debía clavarle la aguja de la inyección Uma Thurman en el corazón para salvarle la vida, llevando a cabo una salvaje acción para poder atravesar su esternón.
Para su filmación, Tarantino quiso dotar a la escena del mayor realismo posible. La primera opción consistió en poner un armazón falso en el pecho de la actriz, gracias a lo cual Travolta podría llevar a cabo su arriesgado golpe sin miedo a lastimarla. Finalmente, esta opción fue descartada, ya que en opinión del director, la secuencia no lograba toda la credibilidad que precisaba.
Tras varias pruebas, Tarantino se decidió por rodar la escena al revés, realizando todos los movimientos a la inversa, es decir, sacando la aguja del cuerpo. Este truco de cámara quedó al descubierto cuando algunos fans se percataron de que la marca con rotulador en el pecho de Mia Wallace no aparece después de que ella despierte de su shock. La edición y el montaje de esta escena fueron claves para que tuviese el inmejorable acabado final que vemos en la película.