Sin mostrar preocupación alguna por los momentos incómodos de la semana anterior (denuncias periodísticas sobre sus hijos gestores; acusaciones de financiamiento ilegal en sus campañas, inconstitucionalidad de su reforma eléctrica, etc), el presidente otea el porvenir y define todo con augurios de extrema confianza:
“…Hay mucha gente que quisiera que yo me quedara, que me está diciendo ahora ‘ya se va y tenemos esto pendiente’ y les digo va a seguir lo mismo, va a ser hasta mejor, porque ya sentamos las bases y ya limpiamos el camino…
“… (a) Este movimiento no lo detiene nadie, ya se echó andar, y lo echó andar el pueblo y millones de mexicanos. Le digo al pueblo de México: no hay nada que temer, vamos a seguir avanzando y no nos preocupemos por las campañas mediáticas, ya no tienen efecto…”
Y ante eso la pregunta cómoda en la mañanera. Pregunta para el lucimiento:
–“Pero si hay una desviación, si hay una rectificación, si las condiciones internas, externas, obligan, como usted mismo lo describe, a tomar determinaciones que pudieran frenar, atenuar, el movimiento que usted encabeza y que tiene tantos seguidores, ¿cuál sería su reacción, señor presidente?
–Te contestaría yo de manera sencilla, te contesto de manera sencilla, mejor cambia de ejemplo. No deseo que eso suceda, no pienso que vaya a haber problemas en el futuro, va a ser muy bueno el porvenir para México, para su pueblo, estoy convencido de eso, muy consciente…”
La afirmación de invulnerabilidad de un movimiento la usaban los gobiernos militares de Brasil en el siglo pasado: “Ninguem mais secura este país”. (Ya nadie detiene a este país). Luego se hizo canción (Gil). De esa manera cualquier amenaza en el futuro se conjura.
Pero la idea detrás de “va a seguir lo mismo”, deja sin espacio alguno para la creatividad y construcción del siguiente gobierno si se trata de su descendiente directo. No es creíble –obviamente–, una presidencia de oposición al actual método de gobierno, sobre la cual se pueda decir, va a seguir lo mismo.
Entonces esa frase es (o parece) una instrucción directa a la sucesora, quien recibirá el listón de mando (la banda), tal y como se hizo del bastón de mando cuando se anunció su ungimiento: en calidad de préstamo.
Indudablemente la contundente afirmación de política sin cambio debe sonar a música celestial para muchos, pues la fuerza masiva del movimiento presidencial no es desdeñable. Es enorme y no tiene enfrente ninguna otra de esas dimensiones. Ni la tendrá en muchos años.
Así debemos entonces resignarnos (y persignarse) ante el diagnóstico ejecutivo: más de lo mismo.
Si fuera una orden sería para Claudia.
Si enunciara una promesa, lo sería para sus seguidores.
Y si se trata de una amenaza, pues ya sabemos para quienes.
COAHUILA
Como parte de su labor conciliadora en el estado, Manolo Jiménez, gobernador de Coahuila ha dado un paso adelante:
“… cuenten con todo nuestro respeto a la autonomía de la universidad, pero también cuenten con todo nuestro apoyo y respaldo de trabajo coordinado…”
Lo anterior fue comprometido durante la toma de protesta del rector Jesús Octavio Pimentel Martínez en la Universidad Autónoma de Coahuila.
Igualito…
MAZORRAL
Hace mucho tiempo no escuchaba el adjetivo mazorral. Lo utilizó el presidente en una de sus conferencias recientes. Mazorral significa hombre rudo, basto. Así quiso describir a Porfirio Díaz, aunque lo hizo confundiendo la bastedad con la ambición.
Pero mazorrales son casi todos los amigos del presidente, como por ejemplo Cuitláhuac García (pura etimología), Félix Salgado Macedonio y otros tantos de los militantes de Morena.
Unos son mazorrales; otros macehuales. Y algunos más, tales por cuáles.
CRISTALAZO
Veo con gusto cómo el título de esta columna ya ha sido adoptado por otros colaboradores de “Crónica”. Ayer Fernando Martínez González (P.2) firmó su artículo “Pensiones, problema mundial”, bajo el título EL CRISTALAZO.
Bienaventurados nuestros imitadores, porque de ellos serán también nuestros defectos.
Rafael Cardona