No hay fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla y para Ernestina Godoy llegó.
Apenas se estrenó el 2024 y los diputados de oposición del Partido Acción Nacional y del Partido Revolucionario Institucional en el Congreso local unieron fuerzas para jalarle la silla a la encargada de procurar la justicia en la Ciudad de México.
El argumento más fuerte para batear a Godoy es que fue parcial en el desempeño de su trabajo, no era independiente y, lo peor, antes de velar por el bien de los capitalinos acataba las órdenes dictadas no desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento sino de enfrente, de Palacio Nacional.
La destitución de Ernestina Godoy es un nuevo movimiento del ajedrez político-judicial que se da en un año meramente electoral, con las precampañas a punto de concluir para dar paso a las campañas presidenciales que se antojan, de acuerdo con lo hasta hoy visto, como una batalla en un cuadrilátero de lucha libre en lodo.
Por cierto, respecto al lodo, la hoy extitular de la Fiscalía tiene encarcelado al exalcalde de la Benito Juárez, Cristhian Von Roerich, como parte de las investigaciones sobre el llamado Cartel Inmobiliario con exalcaldes de esa demarcación como cabezas y cuyo centro de operaciones, a decir de Godoy, se asienta ahí, donde el PAN tiene su bastión político.
Ernestina Godoy también tenía la mira puesta en el PRI por los casos de trata de personas en las que están supuestamente metidos algunos del tricolor. Será otro tema pendiente para quien ocupe su silla.
Godoy ya no estará en la Fiscalía, pero todo su equipo se quedará. Su fiel escudero, el hasta hoy vocero, Ulises Lara, permanecerá como encargado de despacho. Además, la próxima o el próximo fiscal será propuesto por el jefe de gobierno, Martí Batres, después de que el Consejo Ciudadano le presente a su vez algunos nombres.
En medio de este lodazal, la justificación mayor de los legisladores del PAN, encabezados por Federico Döring y los del PRI, comandados por su dirigente nacional, Alejandro Moreno, es que batear a Ernestina Godoy era una necesidad con carácter de urgente para acabar con los privilegios y la persecución política que desde la Fiscalía de Justicia se ejercía bajo su tutela.
¿Y el oficio político de los diputados locales de Morena para salir a la pizca de votos a favor de Godoy? ¿Por qué no lograron los 44 votos para rescatar a su compañera de lucha?
Una de dos: no tienen la altura política propia de un verdadero legislador o no echaron toda la carne al asador para salvar la cabeza de la exfiscal.
¿Habrán recibido alguna indicación? Es sabido que todo funcionario o legislador de la 4T se mueve al son que le toquen desde Palacio Nacional o según el movimiento del dedito de ya saben quién.
Con el colmillo retorcido y a sabiendas de lo que vendría, el presidente López Obrador ofreció, hace unas semanas, rescatar a Ernestina Godoy y darle chamba en su gabinete. Para meterle más jiribilla al tema, aseguró que la destitución de la Fiscal es una pírrica victoria de la oposición.
Por todo esto, surge una duda: ¿No será una nueva maniobra oficial?
Moood de morbo: Claudia Sheinbuam y Ricardo Monreal ya ven a Ernestina Godoy en un escaño del Senado. Qué fortuna para los servidores de AMLO, siempre caen parados. ¿En verdad la destitución de la Fiscal Godoy es una derrota para Morena o una pírrica victoria de la oposición?