El hallazgo tuvo lugar en el recinto portuario de Veracruz, donde la droga estaba cuidadosamente oculta dentro de una caja de engrane tipo reductor para embarcaciones. Este decomiso es resultado de un meticuloso trabajo de rutina llevado a cabo por el personal naval en coordinación con las autoridades de la FGR.
Durante la inspección, el personal naval identificó anomalías en la mencionada caja de engranes, lo que llevó a la intervención de los caninos navales. Su positiva marcaje confirmó la presencia de la sustancia ilegal, desencadenando así la operación que permitió este significativo decomiso.