El documento, que aún no se ha hecho público y será debatido por los ministros de Asuntos Exteriores del bloque en una reunión el lunes, esboza una serie de pasos que, en opinión de Borrell, podrían llevar la paz a la Franja de Gaza, establecer un Estado palestino independiente, normalizar las relaciones entre Israel y el mundo árabe y garantizar la seguridad a largo plazo en la región.
La pieza central del plan es una ‘Conferencia de Paz Preparatoria’ en la que participen «actores clave» como la UE, Estados Unidos, Egipto, Jordania, Arabia Saudí, la Liga Árabe y las Naciones Unidas. Los participantes estarían en contacto permanente con funcionarios israelíes y palestinos, denominados «las partes en conflicto», pero ambos no estarían inicialmente «obligados a sentarse juntos».
La Franja de Gaza y Cisjordania estarían representadas por la Autoridad Palestina (AP) y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), en lugar de Hamás, que gobierna la Franja desde su toma del poder en 2007 y está designada organización terrorista por la UE y Estados Unidos. La Conferencia tendría un año para diseñar el marco de un plan de paz, teniendo en cuenta las reacciones de todas las partes implicadas, las resoluciones de la ONU, las conclusiones del Consejo Europeo y anteriores esfuerzos de mediación. Una vez listo, el plan se presentaría a las «partes en conflicto» y se utilizaría como base principal para las negociaciones finales.
«En vista de la situación actual y a pesar de las evidentes dificultades e incertidumbres, el momento de preparar (una) paz global israelo-palestina es ahora», dice en su introducción el documento, visto por ‘Euronews’. La revelación se produce un día después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazara tajantemente la solución de los dos Estados y prometiera continuar la ofensiva militar en Gaza hasta la destrucción de Hamás y la liberación de todos los rehenes. «No nos conformaremos con nada que no sea una victoria absoluta», declaró Netanyahu.
Las declaraciones de Netanyahu ensombrecen la propuesta de Borrell y la próxima reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la UE, en la que la guerra entre Israel y Hamás será uno de los puntos principales del orden del día. A pesar de las reiteradas peticiones de los aliados occidentales, Israel no ha hecho ningún gesto que indique que está dispuesto a cesar las hostilidades y dar una oportunidad seria a la diplomacia. La ofensiva, lanzada como reacción a los ataques de Hamás del 7 de octubre, ha matado a más de 24.000 palestinos, entre ellos más de 10.000 niños, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, dirigido por Hamás. La guerra también ha causado una devastación generalizada y una grave crisis humanitaria en el densamente poblado enclave.
«En este momento, los funcionarios israelíes no hablan de la solución de los dos Estados. Sólo hablan de la guerra. Sólo hablan del objetivo militar de destruir a Hamás«, declaró el viernes un alto funcionario de la UE, reflejando el pensamiento de Bruselas. «Tenemos que ocuparnos de eso. Es nuestra responsabilidad, nuestro deber, mirar más allá».
El plan de Borrell intenta poner por escrito ese deber. Aunque el plan no prejuzga la sustancia de un posible plan de paz, sí ofrece un calendario coherente para organizar un posible proceso de paz. Su objetivo no es sólo el fin de la guerra actual, sino la resolución de las causas profundas que han alimentado el conflicto israelo-palestino durante las últimas siete décadas. Sin embargo, no es seguro que los 27 Estados miembros adopten el plan, ya que las capitales siguen divididas sobre cómo abordar el conflicto, e incluso cómo hablar de él.
Hoja de ruta para la paz
En el documento visto por ‘Euronews’, los 10 puntos del plan de paz de Borrell son:
- El proceso debe conducir a un Estado palestino independiente «que viva al lado» de Israel y a la «plena normalización» de las relaciones entre Israel y el mundo árabe.
- Los actores internacionales deben ayudar a las dos partes a preparar el terreno para la paz y ayudar a construir una «alternativa política revitalizada» a Hamás.
- Los actores internacionales deben celebrar «lo antes posible» una Conferencia Preparatoria de Paz para abordar la guerra en curso y, especialmente, el conflicto palestino-israelí.
- La Conferencia debería reunir a ministros de Asuntos Exteriores y directores de organizaciones internacionales para debatir sobre el proceso de paz mientras celebran «casi simultáneamente» reuniones por separado con las partes en conflicto.
- La Conferencia debería crear grupos de trabajo y diseñar el «marco inicial» para un plan de paz en el plazo de un año.
- El plan debe abordar «de la forma más práctica posible» los elementos centrales para una paz global, basándose en anteriores resoluciones de la ONU y esfuerzos de mediación.
- El plan debe proporcionar «sólidas garantías de seguridad» para Israel y el futuro Estado palestino, «condicionadas al pleno reconocimiento diplomático mutuo y a la integración tanto de Israel como de Palestina en la región».
- La Conferencia deberá consultar a las partes en conflicto «en todo momento y a cada paso» mientras se elabora el plan de paz. Si alguna de las partes decide retirarse, el trabajo debe continuar.
- Una vez listo, el plan deberá presentarse a israelíes y palestinos, «a quienes corresponderá negociar el texto final», dice el documento.
- Paralelamente al proceso, los participantes en la Conferencia deberán esforzarse por mitigar la actual crisis humanitaria, conseguir la liberación de los rehenes israelíes, evitar la escalada regional, reforzar la legitimidad democrática de la Autoridad Palestina y apoyar la reconstrucción de Gaza, entre otros objetivos.
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